Unos 1.600 aficionados visitaron Balaídos y su museo en el exitoso día de puertas abiertas por el 90 aniversario

'¿Y quién era Pepe Bar?'

La afición llenó el vestuario céltico ayer por la mañana. Cada taquilla, con la foto oficial del jugador celeste a quien corresponde.  (Foto: JV LANDÍN)
El celtismo, pero también el curioso e incluso el turista de paso, vivió ayer una jornada corta pero intensa en Balaídos. El estadio, que el próximo 30 de diciembre cumplirá 85 años, fue tomado literalmente por una afición que aprovechó el vacacional agosto para visitar su templo favorito.
Durante cuatro horas, unas 1.600 personas hicieron un recorrido por el pasado y el presente celestes. El Museo de Arte Deportivo abrió sus puertas a una legión de seguidores (con muy elevada presencia femenina). Móvil, cámara o videocámara: todo valía para plasmar lo conquistado o para certificar la presencia en el principal lugar de culto del celtismo, en las salas donde el Celta es historia por piezas. '¿Pepe Bar? ¿Quién era?'. Lo pregunta un joven ante el busto del dirigente 'fortunista', en la vitrina de la década de 1920. A continuación, su rumbo toma camino de los vestuarios. Un poco de historia (aunque sin respuesta entre sus compañeros) y paso al presente inmediato.

Entremedias, 'Celestino', mascota celeste, y la maqueta del estadio triunfaban a nivel fotográfico. Niños y mayores se retrataban sonrientes ante muñeco y maqueta. 'Nosotros estamos por aquí', le explicaba y señalaba en la maqueta de Balaídos un padre a su hijo, probablemente en la primera visita del joven al museo céltico. La mesa de reuniones del Celta en 1925 tampoco se escapó al mundo digital, con niños sentados en las casi seculares sillas.

El vestuario céltico también estuvo abarrotado, la afición saltó al césped y el café-museo fue punto final. Sí, donde vive el Teresa Herrera de 2000 (sustituido en el museo por un Ciudad de Vigo formando tándem con la carabela del Colombino) y otros recuerdos.

La afición respondió. Y se acercó un poco más a la historia.

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