fútbol sala

La vida después de la Copa

Roberto Carlos García Carballo 'Pitu', el miércoles en As Travesas.
photo_camera Roberto Carlos García Carballo 'Pitu', el miércoles en As Travesas.

El Mosteiro espera recibir más "apoyo" tras el histórico partido del miércoles contra el Barça

El sueño copero acabó el miércoles para el Mosteiro Bembrive, pero la vida continúa. Después del histórico partido contra el Barcelona (2-12), que congregó a más de 3.000 aficionados en As Travesas y evidenció el tirón que tiene el fútbol sala en la ciudad, espera recibir más "apoyo" con el objetivo de colocar a un equipo vigués por lo menos en Segunda División. "Es el sitio que le corresponde a Vigo", asegura el técnico Roberto Carlos García Carballo 'Pitu'.
El entrenador del Mosteiro apagó el móvil en la mañana de ayer, la posterior al histórico duelo. Necesitaba desconectar, descansar tras un encuentro que requirió tanto de él como de sus jugadores un esfuerzo extra que añadir a sus obligaciones laborales. Pitu le daba vueltas a un partido que le dejó un sabor "agridulce". La derrota era previsible, pero el técnico no esperaba un correctivo tan severo. "Después de la fiesta que hubo en As Travesas, tengo un sabor agridulce. Como entrenador, aun sabiendo lo que podía suceder y conociendo la diferencia que existía, te esperas otra cosa. Creía que el Barcelona vendría un poco más relajado, pero salió a competir desde el minuto uno y no nos dejó pensar, ni tan siquiera disfrutar del ambiente", admite.
El Barça no quiso esperar para sentenciar el partido y su ímpetu dejó noqueado al Mosteiro. "No tuvimos opciones y me sabe mal por los chicos. Costó animarles en el descanso porque nunca habían vivido una situación así. Llevan cuatro años ganando cuatro de cada cinco partidos y nunca habíamos sufrido una derrota tan abultada. La peor había sido un 6-3 o algo parecido. La sensación es que le fallamos un poco a nuestro público", explica Pitu, que considera que el Barça podía haber "levantado el pie" una vez que el encuentro estaba sentenciado, cosa que no hizo. "No dependíamos de nosotros, sino del Barcelona. Es la mejor plantilla del mundo contra quince chavales de Vigo. 40 minutos son muchos y más en un deporte como el fútbol sala. Nos llena de orgullo que el Barcelona se haya tomado un partido ante un rival como nosotros como si fuéramos un equipo de División de Honor, pero como entrenador y después de haber jugado 15 años como profesional creo que cuando llevas ocho o nueve goles sueles levantar el pie. Pero en este caso no fue así y siendo una fiesta del fútbol sala para nuestro club y nuestra afición, llegado un momento se lo podían haber tomado con un poco de calma", lamenta.
En cualquier caso, más allá del resultado, lo importante para el Mosteiro fue la excepcional respuesta de la afición viguesa. "Espero que alguien tome nota. No es por vender humo ni por decir que el fútbol sala es la panacea, pero está demostrado que tiene tirón en Vigo. Se vio con el Celta, que metía 1.800 o 2.000 personas en As Travesas. No pedimos que la gente se vuelva loca, pero sí que se nos apoye un poco a nosotros y al fútbol sala en general", reclama Pitu.
El Bembrive, segundo el curso pasado en el Grupo 1 de Segunda B y que ocupa idéntica posición en la actual temporada, debe hacer malabares con un presupuesto muy reducido. "No llega a 30.000 euros, el cuarto peor de la categoría, y con eso tienes que pagar 500 euros de arbitraje cada vez que juegas, viajar a Segovia, a Salamanca, Zaragoza, León…", explica el técnico, que ve el ascenso difícil por una cuestión económica. "El objetivo es ser primeros para poder subir, pero ahora mismo ascender es una utopía . Haría falta un presupuesto de 180.000 euros. Pero sí creo que es el sitio en el que le corresponde estar a Vigo, ya sea con nuestro equipo o con otro", remacha.n

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