El conjunto che ha mostrado interés en el técnico Eduardo Berizzo y en los jugadores Orellana, Cabral y Tucu
Entre los siete primeros clasificados, además del Celta, se encuentran seis de los siete equipos grandes en lo económico que parten con la obligación de moverse en esos lugares. El que falla es el Valencia, equipo que está viviendo una temporada para el olvido y que hasta la victoria del pasado fin de semana ante el Sevilla todavía no tenía muy definida siquiera la permanencia en Primera. Ahora, con esa urgencia solventada, todo el mundo en Mestalla está pensando más en regenerar la plantilla de cara a la próxima temporada y se espera una gran revolución, apoyada en los millones de su propietario, el magnate Peter Lim.
Pues bien, la mirada de la dirección deportiva valenciana, en la que trata de poner orden Jesús García Pitarch, llegado al club el pasado mes de enero, se ha fijado en el equipo que ocupa 'su' lugar entre los elegidos en la clasifación, que no es otro que el Celta. En el Valencia gusta, y mucho, la realidad deportiva del equipo vigués, con un estilo vistoso de juego y, sobre todo, grandes resultados, por lo que su interés va desde el banquillo hasta el terreno de juego.
En primer término, el conjunto che necesita un entrenador sobre el que construir un proyecto y Eduardo Berizzo, que negocia con el Celta la renovación de su contrato, gusta. Tras la salida de Nuno Espírito Santo y el rocambolesco paso de Gary Neville por el banquilo de Mestalla, Paco Ayestarán ejerce de interino hasta final de campaña. Claro que el deseo valencianista tiene difícil llegar a buen puerto, pues las conversaciones entre el técnico argentino y el Celta van por buen camino. Eso sí, el ex futbolista negocia por cantidades muy superiores a las de su llegada, cuando aterrizó en Vigo sin experiencia alguna en Europa. El club vigués parte en clara ventaja, pero no debe despistarse. De hecho, el presidente, Carlos Mouriño, ya señaló hace semanas que el Toto gustaba a muchos equipos.
Ya en el terreno de juego, el Valencia se ha fijado en tres de los pilares del actual proyecto celeste. Y si el pasado verano se lanzó a fichar jóvenes valores, como fue el caso del ex céltico Santi Mina, ahora persigue gente con experiencia que influya no sólo en el juego sino también en el vestuario.
En esa tesitura, ha puesto sus ojos en Gustavo Cabral, Fabián Orellana y Pablo 'Tucu' Hernández. Sobre el papel, la opción más viable sería la del primero de ellos porque este verano termina, de forma efectiva, su relación contractual en Vigo. Sin embargo, el propio futbolista reconocía en las últimas horas en la Radio Galega que las negociaciones de su renovación se han desbloqueado y reiteraba su deseo de seguir en el Celta. En cuanto a Orellana y Tucu, el Valencia tendría que acometer el pago de sus cláusulas de rescisión, fijada en 15 millones en el caso del primero, pero sensiblemente más baja en el caso del segundo.
Con todo, el Celta tiene prácticamente sellada su participación europea la próxima campaña y vive un proceso de crecimiento deportivo totalmente contrario a la depresión valencianista. Razones para que la tentación se quede en eso.n
