El Celta confía en volver a ganar para subir en la tabla alcanzando a un Leganés enormemente sólido (21:00, Bein)
En el vaivén de acierto-error en el que está cayendo la temporada del Celta hasta el momento, hoy tocaría acierto. El equipo vigués vuelve a Balaídos, donde en su última presencia se impuso al Athletic Club tras una gran primera parte y lo hace con el regusto de la derrota de hace una semana ante el Sevilla en tierras andaluzas y con las alertas encendidas ante la visita de un Leganés con piel de cordero. El modesto conjunto madrileño estaba realizando un arranque de temporada excepcional hasta que el calendario le puso por el camino a Sevilla, Valencia y Barcelona, lo que le hace llegar a Vigo tras sufrir tres derrotas de forma consecutiva pero, aún así, con tres puntos más que los celestes y nada menos que cinco puestos por encima.
Juan Carlos Unzué, técnico celeste, lo dijo ayer de manera contundente: "Es el partido más difícil hasta la fecha". La afirmación tiene mucho de advertencia, pero es cierto que los jugadores de Asier Garitano están rindiendo a un enorme nivel como grupo, con una solidez atrás que los sitúa entre los cinco equipos menos goleados de la Liga, habiendo cedido 11 tantos en 12 encuentros. Cifra más reseñable si se tiene en cuenta que ocho de ellos le cayeron encima las mentadas tres últimas jornadas, a las que llegó tras encadenar hasta cinco jornadas manteniendo la portería a cero.
Esa solidez es el mejor argumento de un Leganés que la pasada temporada ya sorprendió en Balaídos (0-1) en la primera jornada –y el primer partido de su historia en la máxima categoría– y que, como es lógico, sufre algo más cuando le toca mirar hacia delante. Porque igual que está entre los cinco equipos menos goleados, también se encuentra entre los cinco menos realizadores, con sólo nueve goles a favor. Una dificultad en la concreción en punta que se agravará hoy con la ausencia de Claudio Beauvue. El ariete cedido por el Celta esta temporada en el bloque madrileño no estará sobre el césped vigués por una cláusula en dicha cesión. Con todo, Amrabat ya le ha demostrado al Celta en anteriores ocasiones que puede ser terriblemente molesto en punta con su generosidad física.
Ese arma del Leganés adquiere más trascendencia teniendo en cuenta la baja de última hora del Celta: Sergi Gómez. El parte médico desveló ayer que antes de ayer el central sufrió una elongación en el sóleo de su pierna izquierda que lo tendrá apartado de los campos, al menos, ocho días. Es decir, que no jugará con total seguridad ni hoy ni el martes en Copa ante el Eibar y que llegará muy justo al duelo del próximo sábado en el Camp Nou con el Barcelona. Sin él, el Celta pierde a su marcador más agresivo, aunque gana la cordura de Andreu Fontás en la salida de balón.
Podría ser éste, perfectamente, el único cambio en el once inicial celeste. Unzué no desvela sus planes siquiera a la hora de hacer la convocatoria, aunque con las bajas seguras de Sergi Gómez y Roncaglia –que volverá ante Eibar o Barça, espera el técnico–, tampoco hay mucho donde elegir. Irán los 15 jugadores de campo disponibles de la plantilla, más el canterano Brais y los porteros Rubén y Sergio. Y en la elección de los once titulares esperan su turno Radoja en el centro del campo y Guidetti en punta. Las posibles novedades sobre el equipo que formarían Rubén, Mallo, Cabral, Fontás, Jonny, Lobotka, Pablo Hernández, Wass, Pione Sisto, Maxi Gómez y Iago Aspas.
Testigo de este nuevo intento del Celta de crecer en la clasificación será su afición. Y buena parte de ella, la que se sitúe en Río Alto, tendrá que seguir el choque sin cubierta que la proteja de la lluvia. Prueba de amor.n
