En un partido en que todos los célticos rindieron a un gran nivel, el chileno hizo creíble lo increíble dirigiendo el ataque
Primus inter pares, el chileno recuperó ayer la magia que parecía habérsele apagado en las últimas semanas, cuando la acumulación de partidos hizo mella en el excelso rendimiento que había dado en la primera mitad de temporada. Pero ayer volvió a ser él y manejó el ataque celeste con inteligencia y capacidad de desborde, haciendo penetrable una defensa tan sólida como la del Sevilla.
Orellana siempre quiere el balón y siempre sabe qué hacer con él. Lo retiene lo necesario para que se abran caminos y para desequilibrar el sistema defensivo del rival. Y lo suelta con criterio, abriendo el juego a las bandas o buscando entre líneas su conexión con Iago Aspas, ésa que lució en la acción del primer gol.
En un encuentro en que casi todos los célticos rindieron a un gran nivel, Orellana comandó el ataque que hizo creíble lo increíble.n
