Un joven vigués periquito

En estos días se cumplen 23 años del fichaje de Alejo Indias por el Celta. Este pacense formado en la cantera del Barcelona completó en Vigo esa temporada y cuatro más y en la penúltima de ellas –en enero del 96–, tuvo la alegría del nacimiento de su hijo Iago. Pues ahora, ese vigués con nombre gallego acaba de entrar en la plantilla del filial del Espanyol, rival céltico este sábado, y ya ha completado algún entrenamiento que otro con el primer equipo a las órdenes de Sergio González.

A pesar de que cuando apenas contaba año y medio dejó Vigo, al fichar su padre por el Elche, Iago asegura que "me siento vigués. Igual de querido que fue mi padre allí me siento yo. Soy gallego". Un cariño en la distancia porque "llevo años sin ir", pero que hoy por hoy se conecta con la admiración por el Celta: "Me ha sorprendido. Ya con Luis Enrique dieron un paso adelante y con Berizzo la verdad es que están dando un gran nivel. Pude verlos en el partido ante el Sevilla y con el Barça. Hacen muy buen fútbol, tienen a Nolito en un estado de forma excepcional, al igual que Aspas o Orellana".

Pero vayamos por partes. Iago, siguiendo los pasos de su padre, juega de central desde que llegó al Espanyol hace seis años, tras formarse en la escuela que regenta el ex céltico en Sant Andreu de la Barca, con más de 500 niños en su seno. "Tiene más calidad que yo. Jugaba en mediocampo, pero cuando llegó al Espanyol lo retrasaron porque tiene buena salida de balón. La agresividad que yo podía tener no la tiene, pero la va cogiendo y es más alto que yo. Además, mete goles", define Alejo a su vástago.

Desde su experiencia en el fútbol profesional, Alejo ve a Iago asentándose como futbolista. "Tiene calidad y está en buena dinámica para llegar. Falta tener suerte y ya está. Que no haya lesiones o que se le vaya la cabeza, porque nivel futbolístico lo tiene", comenta el ex futbolista.

Por su parte, el aludido prefiere ir "paso a paso. Claro que es el objetivo. Me encantaría para hacer feliz a mi padre, pero sé que es complicado. Es mi sueño y voy a hacer todo lo que esté en mi mano para llegar". Por el momento, compite para disponer de minutos con el filial espanyolista en el grupo III de Segunda B, donde alterna titularidades con suplencias o incluso la grada: "Me estoy adaptando a una categoría que es complicada. Ya el año pasado pude entrenar con el filial y jugar varios partidos pero ahora me toca aprender".

Mientras apura su formación y sueña con, al menos, emular a su padre, Iago –"me dicen, qué nombre tan raro tienes, pero yo estoy orgulloso"– reconoce que cuando se refieren a la etapa de su padre en el Celta "siempre me hablan de la final de Copa. Tuvo la mala suerte de fallar ese penalti pero he visto el partido entero y sé todo lo que mi padre daba al equipo. Estoy muy orgulloso de él", deja claro, sabiendo como sabe que un momento puntual no explica en absoluto toda una carrera. De ahí que, aunque reconozca que no se lo ha planteado, afirme que "me haría ilusión jugar también en el Celta. Por ahora estoy centrado en llegar al primer equipo del Espanyol".n