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El fatídico último cuarto de hora

El psicólogo del primer equipo, Joaquín Valdés, habla con Iago Aspas, Hugo Mallo y Sergi Gómez.
photo_camera El psicólogo del primer equipo, Joaquín Valdés, habla con Iago Aspas, Hugo Mallo y Sergi Gómez.

El Celta ha encajado más de la mitad de los goles en los últimos quince minutos de cada una de las dos partes

Con 28 jornadas ya disputadas y a falta de tan solo diez, las tendencias ya no son casualidades. La acumulación de partidos desvelan los puntos fuertes y débiles de cada equipo y su capacidad para leer los encuentros en consonancia con el marcador, una habilidad no especialmente reseñable en el caso del Celta. De hecho, su vulnerabilidad defensiva aumenta de forma exponencial según se van acercando los últimos minutos de cada una de las dos mitades, como si la cercanía del pitido arbitral cobibiese las propias fuerzas por una cuestión de confianza.
Por su balance realizador, no es el equipo céltico un equipo que varíe en demasía su rendimiento entre la primera mitad y la segunda de los partidos. Después de 28 jornadas, las diferencias son nimias en el apartado goleador, con 24 tantos a favor y 22 en contra en los primeros 45 minutos y 21 a favor y 20 en contra en los segundos. Es decir, un balance de +2 y de +1, respectivamente.
Si cada encuentro se divide en fracciones de 15 minutos, la incapacidad para asegurar la portería propia en los últimos cuartos de hora es más que apreciable. En la primera parte se han encajado en ese periodo de tiempo 10 goles, mientras que en la segunda la cifra se eleva a 12. En total, más de la mitad de los tantos recibidos en Liga hasta la fecha, 22 de 42 exactamente, llegaron en esos momentos cercanos o bien al descanso, o bien al final del encuentro.
Es cierto que esa tendencia a encajar más en la recta final de la segunda parte se compensa, en parte, porque también es un momento especialmente propicio para anotar, de hecho el más fructífero de los célticos en los últimos 45 minutos. El casancio propicia goles. Pero dicha circunstancia no se reproduce en la primera mitad, en la que la capacidad realizadora disminuye precisamente en esos momentos cercanos a que el árbitro señale el descanso de los partidos.
Pormenorizando más el minutaje de los goles, los datos más o menos anecdóticos aparecen. Como la maldición del minuto 10, el más nefasto hasta la fecha para el Celta ya que ha recibido en él cuatro goles. En el apartado contrario, los minutos más felices por el momento son el 16, el 20 y el 76, en los que los célticos han conseguido batir la portería contraria en tres ocasiones. Habrá que ver si se convierten en tendencia.

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