celta

La cantera regresa al pasado

Carlos Mouriño se dirige a la afición durante la presentación del equipo, el pasado 14 de agosto en Balaídos.
photo_camera Carlos Mouriño se dirige a la afición durante la presentación del equipo, el pasado 14 de agosto en Balaídos.

El Celta no tenía tan pocos canteranos en el primer equipo desde hace siete años, con Pepe Murcia en el banquillo

La cantera del Celta ha dado un nuevo paso atrás. Por segunda temporada consecutiva, el número de jugadores de la casa en el primer equipo se ha reducido hasta llegar a siete (entre ellos Yelko Pino, que no cuenta para Eduardo Berizzo). Dicha cifra no era tan reducida desde hace siete años, con Pepe Murcia en el banquillo.
Las razones pueden ser muchas y variadas. El aumento del nivel de exigencia de un equipo que ahora aspira a colarse en Europa, la falta de confianza del entrenador en algunos jugadores, el deseo de varios canteranos de cambiar de aires, la pérdida de interés por parte del club por mantener una plantilla formada por canteranos al menos en un cincuenta por ciento... Pero la realidad es sólo una. El Celta tiene siete canteranos en su primer equipo –Sergio, Rubén, Jonny, Mallo, Madinda, Aspas y Yelko– y la cifra no era tan reducida desde la temporada 2008/2009. Entonces, con Pepe Murcia como entrenador, en la plantilla profesional celeste sólo había cinco futbolistas de la casa: Francisco Noguerol, Borja Oubiña, Roberto Lago, Jonathan Vila y Dani Abalo.
Precisamente en esa temporada se produjo un hecho clave en el crecimiento de la cantera del Celta o al menos en su nivel de representatividad en el primer equipo: la llegada de Eusebio Sacristán. El técnico vallisoletano se hizo cargo del conjunto celeste mediada la campaña, tras la destitución de Pepe Murcia, y empezó a mirar hacia abajo con mucho más interés que sus predecesores.
Eusebio terminó aquella campaña de la mejor manera posible, alcanzando la permanencia con los jugadores que ya formaban parte de la plantilla, aunque la salvación llegó gracias a los dos goles de Iago Aspas, entonces en el filial, en el inolvidable partido contra el Alavés. Fue un anticipo de lo que vendría. 
La cifra de canteranos en el primer equipo del Celta se duplicó en un año. Lago, Vila, Noguerol, Abalo y Oubiña siguieron en el equipo y a ellos se unieron el mencionado Aspas, Yoel, Hugo Mallo, Joselu y Andrés Túñez. Los resultados en Liga no fueron los esperados, pero ese Celta plagado de canteranos brilló en la Copa –eliminó a dos equipos de Primera, el Tenerife y el Villarreal, y estuvo a punto de tumbar al Atlético en cuartos– y aunque no fue renovado a final de campaña, Eusebio puso las bases del equipo que dos años después de su marcha lograría el ascenso.
Paco Herrera, fichado en 2010, mantuvo e incluso incrementó la tendencia iniciada por Eusebio. De hecho, nadie dio tantos minutos a los canteranos como el catalán, que en 2012 devolvió al Celta a Primera con un equipo formado en buena parte por futbolistas de la casa. En el once tipo de esa campaña 2011/12 había siete canteranos (Yoel, Hugo Mallo, Túñez, Lago, Oubiña, Álex López y Aspas) y otros como Sergio, Toni o Vila superaron también los 1.000 minutos de juego aquella temporada.
Con el equipo en Primera llegaron fichajes de mejor nivel y aumentó la exigencia, pero el Celta fue capaz de mantener la cuota de canteranos durante sus dos primeras temporadas en la élite. Carlos Mouriño se encargó de repetirlo hasta la saciedad. No podían obligar al entrenador de turno a alinear jugadores de la casa, pero sí encargarse de que la mitad de la plantilla estuviera formada por canteranos. Hoy, sólo un tercio de los futbolistas que Berizzo tiene a su disposición se formaron en A Madroa y uno de ellos, Yelko Pino, está ahí por contrato, pese a no contar para el entrenador.
Con Luis Enrique, que subió al primer equipo a nuevos valores de la cantera como David Costas y Santi Mina, había once canteranos. El curso pasado, la cifra bajó a nueve. En la presente campaña, se ha quedado en siete. Y es que este verano dejaron el Celta Borja Oubiña (retirado), Santi Mina (traspasado al Valencia), Álex López (cedido al Sheffield Wednesday) y David Costas (cedido al Mallorca). Por el contrario, Iago Aspas ha regresado tras dos años sin el protagonismo deseado en Liverpool y Sevilla y el citado Yelko Pino ha dado el salto al primer equipo, aunque sólo para entrenar.
El resultado es que Berizzo dirige al Celta menos canterano de los últimos siete años. La cifra de jugadores de la casa en el primer equipo sigue siendo importante, pero la tendencia es negativa. Carlos Mouriño se hizo cargo en 2006 de un equipo en Europa y sin apenas jugadores de la casa y va camino de devolverlo al mismo punto.n

Te puede interesar