Celta

Cantera de entrenadores

Los técnicos de la cantera celeste conforman un colectivo bienavenido. "Hay muy buen ambiente y nos ayudamos", explica De Dios.
photo_camera Los técnicos de la cantera celeste conforman un colectivo bienavenido. "Hay muy buen ambiente y nos ayudamos", explica De Dios.

El Celta apuesta por la juventud también en los cuerpos técnicos que trabajan en A Madroa

En los últimos tiempos, la cantera céltica está siendo objeto de elogios por la cantidad de futbolistas que llegan al primer equipo o que son traspasados a otros clubes, dejando más holgadas las arcas del club. La apuesta por los canteranos ha producido réditos deportivos y económicos y ya nadie duda de su idoneidad.
Pero desde el club se quiere dar un paso más y que A Madroa no sea sólo una factoría de jugadores, sino también de entrenadores. Así, la apuesta por la juventud que impregna los once equipos de la cantera también llega a los banquillos y la media de edad de los primeros entrenadores de esos conjuntos es de menos de 33 años (32,72).
En el horizonte, la posibilidad de que un técnico de la casa se haga cargo del primer equipo desde principio de temporada, circunstancia que no se produce desde hace casi tres décadas. Así, en el campaña 85/86, Félix Carnero estaba al frente del equipo en el arranque de la campaña. Desde entonces, sólo se echó mano de entrenadores propios en situaciones límite durante la temporada, como en la  87/88 con Manolo y Pepe Villar o la 2003/2004 con el tándem formado por Ramón Carnero y Rafa Sáez.
Volviendo al presente, al frente del trabajo en las categorías inferiores está Toni Otero, que este año ha pasado a trabajar más cerca del director deportivo, Miguel Torrecilla. Como explicaba el primero de ellos al comenzar la actual campaña, el deseo de la entidad es disponer de jóvenes talentos no sólo sobre el césped, sino también en los cuerpos técnicos y ponía su paso a la secretaría técnica como ejemplo de ello: "El club no sólo apuesta por jugadores, sino también por técnicos. Somos gente joven, que estamos creciendo, trabajando muy a gusto con Miguel. Que te den ese premio consolida el trabajo que estás haciendo y respalda también el trabajo de los cuerpos técnicos".
El perfil de esos entrenadores ha variado mucho en los últimos años. Antes, los ex jugadores del primer equipo copaban buena parte de los banquillos, pero hoy en dicho apartado sólo se puede situar a Salva –que, a sus 45 años,  entrena al primer equipo infantil–. El resto son jóvenes técnicos de la zona (Vigo, Cangas, Redondela, Moaña...) con la aportación de algún refuerzo llegado desde Pontevedra, como el técnico del juvenil de División de Honor José David García Sierra, al que la baja edad media global convierte en uno de los 'veteranos' con 39 años.
El estilete de este nuevo perfil de técnico es David de Dios, quien el año pasado hizo brillar como nunca al equipo juvenil de División de Honor. Al frente ahora del Celta B, explica que "la idea del club es que cuantos más jugadores, más entrenadores y más gente del club, de la casa, de Vigo y de Galicia consiga sacar, mejor. Es una marca del Celta y le está saliendo bien. Hay gente muy preparada que está rindiendo muy bien desde categorías inferiores".
El técnico vigués considera que "estamos trabajando para que ese esfuerzo se vea reflejado en los jugadores que suben al primer equipo. Y si nosotros también podemos mejorar como entrenadores, mejor". Y sobre la posibilidad de que algún entrenador de la casa llegue al primer equipo, expone que "ojalá, pero es un proceso y no se consigue en un par de años". Lo que tiene claro es que, en cuanto a conocimientos, no habría problema: "Se está demostrando que la valía es la misma. Se podría poner en duda igual que se hizo con los jugadores. Los de aquí son igual de buenos que los de fuera".
Por similares derroteros va el discurso de Sierra, técnico del juvenil de División de Honor y llegado al club la pasada temporada desde el Pontevedra. "Empecé en el juvenil de Liga Nacional y este año he dado un paso más hacia el de División de Honor. Igual que De Dios ha ido subiendo de equipo. Es lo que anima a venir aquí todos los días. El nivel de los entrenadores es muy, muy bueno y todos están muy preparados", comenta.
El pontevedrés considera que "desde la llegada de este presidente se ha estimulado ese sentimiento de pertenencia al club. Todos nos sentimos partícipes y con posibilidades de crecer dentro de nuestras posibilidades. Es lícito tener ambición y nos respetamos entre nosotros". En ese contexto, no cree descabellado que un técnico de la base llegue a coger el primer equipo: "Cuando la situación sea propicia, por qué no algún entrenador de la casa podría llegar. Sería interesante tener un entrenador que conozca lo que se hace abajo".n

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