El argentino, cuarto de la Liga en recuperaciones, es el referente céltico en el juego aéreo
Recta final del entrenamiento matinal de ayer del primer equipo celeste. Sin los siete internacionales y con tres jugadores trabajando al margen, Eduardo Berizzo dispone un ejercicio de centros sobre el área haciendo a todos sus hombres –reforzados por los integrantes del filial Borja Fernández y Julio Delgado– emplearse en el juego aéreo tanto en funciones ofensivas como defensivas. Y en esa faceta, Gustavo Cabral demostró que es el rey.
El Celta sufre carestía de cabeceadores. En una plantilla escasa más en capacidad cabeceadora que en centímetros, que también, el central argentino parece el único capaz de romper una norma que ha llevado al equipo más goleador de Primera junto al Real Madrid a ser uno de los seis que todavía no ha celebrado un gol marcado con la testa en las siete jornadas que se llevan disputadas.
Ayer, en el ejercicio del entrenamiento, Cabral sobresalió defendiendo, lo que es habitual en él
–no en vano es el cuarto jugador de la Liga que más balones recupera (72), sólo superado por el rayista Diego Llorente (86), el deportivista Sidnei (77) y el eibarrés Dani García (76)–, y también rematando. En él y en Pablo Hernández recaen buena parte de las esperanzas de Berizzo de empezar a ver puerta a través del juego aéreo.
Porque sólo Villarreal, Rayo Vallecano, Granada, Málaga y Atlético de Madrid no saben todavía qué se siente al marcar de cabeza. En el caso de los dos primeros equipos sucede algo similar al Celta, con plantillas diseñadas para pensar a ras de suelo. Mientras, los granadinos y los malagueños son dos de los equipos menos realizadores hasta la fecha, con cinco y tres goles respectivamente, con lo que apenas hay base para marcar una tendencia. Sobre todo en el caso del conjunto de la Costa del Sol, que no había anotado ni un solo gol hasta el 'hat-trick' del ex céltico Charles el pasado sábado ante la Real. Por último, sí que resulta más que llamativo que el Atlético no se haya estrenado aún en este apartado, teniendo en cuenta que ha sido uno de sus puntos fuertes desde la llegada de Diego Simeone.
Sólo un gol en contra
Al menos, si el Celta no encuentra en el juego aéreo un arma ofensiva, tampoco sus rivales le están haciendo sangre por esa vía. Los célticos han recibido siete goles en los siete primeros encuentros ligueros pero sólo uno de ellos fue con la cabeza. Fernando Llorente acortó así distancias en el Sánchez Pizjuán, aunque en descarga del rey de la defensa y el resto de la línea, no fue en una acción a balón parado.n
