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Basket en Pemba, de origen vigués

A pesar de la falta de materiales, las ganas de niños y adultos no hacen más que sumar, generando una gran pasión por el baloncesto gracias al proyecto de Rosana y Julia en esta escuela.
photo_camera A pesar de la falta de materiales, las ganas de niños y adultos no hacen más que sumar, generando una gran pasión por el baloncesto gracias al proyecto de Rosana y Julia en esta escuela.

Rosana Abalde y su hija Julia crearon hace pocas semanas un equipo en esta ciudad costera de Mozambique

Cuando existe pasión por un deporte, no importan los impedimentos o los miles kilómetros de distancia para seguir disfrutando. Eso mismo pensó Rosana Abalde cuando hace mes y medio decidió hacer las maletas con su hija Julia y emprender una nueva vida en la ciudad mozambiqueña de Pemba, donde crearon un equipo de basket que cuenta con el apoyo del Porriño Baloncesto Base (PBB). 
"Desde hace tiempo queríamos vivir en África, pero lo que más me preocupaba era dejar a Julia sin su equipo, el PBB, y sin el baloncesto", reconoce Rosana. "En aquel momento, viendo las siglas del Porriño Baloncesto Base tuve la idea de hacer un equipo y pedir al club si podía ayudarme en el envío de equipaciones y material para crear el Pemba Baloncesto Base", añade esta entusiasta entrenadora viguesa.
Aunque los inicios fueron difíciles, al no disponer del material necesario, con la colaboración del PBB y el apoyo del AMPA de la Escuela ISP, Rosana y Julia están consiguiendo una mayor participación de niños y adultos con ganas de aprender a jugar al baloncesto. "En enero esperamos que llegue el barco con todo el material, pero por ahora tenemos un par de pelotas y utilizamos botellas con arena a modo de conos. Es todo muy rudimentario pero la gente se está empezando a movilizar", asegura Rosana.
El primer día llegaron cuatro niños, el segundo siete, y después  otros nueve. "Los niños que vienen quieren continuar pero hay muchas dificultades todavía. El clima es bastante complejo con mucho calor, lluvias muy intensas y haciéndose de noche a las 16:30 horas, sin disponer de un campo iluminado", comenta Rosana, quien encuentra en su hija Julia un gran apoyo en la difusión de este deporte en Pemba. 
"Julia tiene diez años y me ayuda con los grupos de mayores, jugando con ellos, porque tiene mucho que enseñar. Tenemos dos grupos y nos los repartimos, porque es realmente difícil poder entrenar a todos juntos", afirma.
A pesar de las dificultades, este proyecto no para de crecer gracias al compromiso del AMPA para crear un campo de baloncesto más grande y conseguir más materiales, así como al interés de padres y niños de otras escuelas de la ciudad por aprender a jugar a este deporte. Rosana y Julia no dejan de luchar por esta gran iniciativa deportiva teniendo como objetivo crear el próximo año un torneo local. n

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