La grada de Río, de la que siguen desprendiéndose cascotes, necesita una reforma urgente que debe ser acometida por el Concello, propietario del estadio

Balaídos, un estadio al borde de la ruina

Varios de los cascotes que se han desprendido de la grada de Río Alto y han caído sobre Río Bajo.
Balaídos necesita una reforma urgente. El estadio, de propiedad municipal, se encuentra al borde de la ruina y su calamitoso estado ya supone un riesgo para la integridad física de los aficionados que asisten a los partidos del Celta.
Sin ir más lejos, en el encuentro del pasado viernes ante el Numancia se desprendieron varios cascotes de la grada de Río Alto, cayendo éstos muy cerca de un grupo de aficionados que se encontraba en Río Bajo. El club tuvo que reubicar al público que seguía el partido desde esa zona.

Esto no es un hecho aislado. Es habitual que se desprendan trozos de hormigón e incluso clavos de hierro oxidados de las vigas y las columnas de este graderío, que se construyó hace treinta años con motivo de la celebración del Mundial de Fútbol en España. En algunas zonas de Río, de hecho, se pueden arrancar con facilidad grandes porciones de hormigón y se aprecian preocupantes huecos en las paredes y la cubierta.

El mantenimiento del estadio corre a cargo del Celta, pero las obras 'de gran mantenimiento'deben ser acometidas por el Concello, como deja claro el convenio suscrito por ambas partes. El ayuntamiento vigués lleva años sin realizar grandes inversiones para frenar el deterioro de Balaídos. La última actuación municipal data de 2009, cuando la Concejalía de Deportes estaba dirigida por el nacionalista Xabier Alonso. Ésta se limitó a sustituir unas losetas en mal estado de la grada de Tribuna.

Un dato ejemplifica a la perfección la dejadez del Concello. Todavía no ha reparado el trozo de cubierta de uralita de Río Alto que se desprendió en el mes de noviembre, a pesar de tener conocimiento del percance desde el mismo día que ocurrió. En la grada todavía permanecen varios trozos de metal que formaban parte de armazón de la cubierta dañada.

Esta zona del estadio es precisamente en la que se van a ubicar los seguidores del Deportivo el 15 de abril con motivo del derbi y ayer se encontraba repleta de escombros, como se puede apreciar en las imágenes. Estas piedras, que pueden servir como perfectas armas arrojadizas, son retiradas habitualmente por los servicios de limpieza del club, pero vuelven aparecer con el transcurso de los días.

La grada de Río, la más moderna del estadio, es la más dañada, pero no la única que presenta deficiencias. Tanto Preferencia como Tribuna sufren grietas muy preocupantes.

Se espera que la afluencia de espectadores se incremente en las últimas jornadas de esta temporada y parece que Balaídos sufrirá lo indecible. De hecho, las vibraciones provocadas por la afición en la celebración del cuarto gol del Celta ante el Numancia fueron las que provocaron el viernes la caída de los cascotes.

Por otra parte, no existe constancia de que el vetusto estadio –se inauguró en 1928– haya sido sometido a la Inspección Técnica de Edificaciones (ITE), que deben pasar todos los inmuebles construidos con anterioridad a 1981.

Está previsto que hoy se acerque un técnico del Concello a Balaídos para evaluar los desperfectos 'in situ'. El Celta jugará dos partidos fuera seguidos y no regresará a su estadio hasta el 1 de abril. El gobierno municipal dispondrá de casi tres semanas para actuar. n

Te puede interesar