Celta

La areLa arenga de Luis Enriquenga de Luis Enrique

Luis Enrique Martínez da instrucciones desde su torre de observación en el entrenamiento de ayer en A Madroa.
photo_camera Luis Enrique Martínez da instrucciones desde su torre de observación en el entrenamiento de ayer en A Madroa.

El técnico pidió en la sesión de ayer más intensidad a sus futbolistas y ninguna relajación

Cuando todo va bien, hay que seguir alerta. Y al técnico celeste, Luis Enrique Martínez, le pareció que en la sesión de trabajo matinal de ayer, la plantilla celeste no estaba poniendo toda la intensidad necesaria. Y tomó cartas en el asunto.
Primero, como es habitual en él, con sucesivas y expresivas charlas individualizadas con algunos de los futbolistas. Especialmente llamativa fue su carrera bajando de su torre de observación para dar indicaciones a Borja Oubiña, suplente en los dos últimos encuentros tras ser uno de los fijos en el once titular. Pero tras el capitán también pasaron por el confesionario Hugo Mallo, Santi Mina, Fabián Orellana, Rafinha o Nolito. Siempre para perfeccionar los movimientos tácticos, centrados ayer en el aspecto ofensivo.
Sin embargo, esas charlas individuales no acabaron de convencer al técnico de que la actitud era la correcta y, a su manera expansiva, arengó a sus tropas desde su torre de observación: "Señores, ¿creen que así vamos a ganar al Getafe? Más intensidad, por favor. ¿Cómo es posible que diez contra ocho vayan por detrás de los azules sin balón? No nos relajemos, por favor". El mensaje está claro: no se ha conseguido nada todavía y queda mucho por pelear.
Los propios futbolistas han reiterado en más de una ocasión que esa vehemencia del técnico es bienvenida y que les motiva a trabajar más duro. Así lo expresó también ayer Joan Aurtenetxe, quien apuntó que el asturiano "es un entrenador muy ambicioso que no nos deja relajarnos". El futbolista cedido por el Athletic valora que "estamos en una dinámica bastante buena y no nos podemos relajar. Como nos relajemos, nos puede ganar cualquiera".
Como se ve, el discurso de Luis Enrique cala en la plantilla. Aunque tenga que ser a gritos.n

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