ATAQUE INCENDIARIO

Un vecino de Camos lo perdió todo al arder su casa

Ricardo Rodríguez ante lo que queda en pie de su vivienda en la parroquia de Camos (Nigrán).
photo_camera Ricardo Rodríguez ante lo que queda en pie de su vivienda en la parroquia de Camos (Nigrán).

Huyeron 'con lo puesto' para no ser devorados por las llamas y su casa es siniestro total

Ricardo Rodríguez es vecino de Nigrán desde hace 32 años. Casado con una nigranesa, hasta el domingo pasado vivía con su mujer y sus dos hijos en una casa próxima a la iglesia parroquial de Camos. Tras es dramático incendio que asoló esa zona el domingo, lo perdieron todo. De su vivienda, solo queda la estructura exterior. Dentro de ella solo hay un amasijo de escombros calcinados, cenizas y destrucción. El fuego lo arrasó con todo, dejando en ellos, un tremendo desarraigo y mucho dolor. 
Sobre las cinco y media de la tarde del domingo, Ricardo volvió a su casa procedente de Cáceres (Extremadura) donde había pasado unos días visitando a su hermano. "Aquello era un infierno. En menos de diez minutos tuve que evacuar a mi familia con lo imprescindible, de lo contrario hubiéramos muerto abrasados aquí dentro. Sacamos las bombonas de gas para que no explotaran y evitar una tragedia mayor. Era imposible pararlo, aunque estuviera aquí un avión no hubiera sido capaz de controlar esto", lamentó con los ojos enrojecidos por las lágrimas contra las que luchaba para no derrumbarse. 
La casa de Ricardo estaba situada en medio de las otras dos únicas viviendas que hay en el lugar y que, paradojas del destino, no han sufrido daños. Solo el domicilio familiar de Ricardo fue pasto de las llamas. En una de las casas vive su suegra y en la otra un sobrino, que solo viene a casa los fines de semana porque estudia en Ribeira.
Aunque sabe que hay ayudas para estos casos, indicó que no solicitará nada públicamente, "porque no quiero”. Desconoce si en el Concello de Nigrán, el alcalde o algún concejal, tienen constancia o no de la delicada situación que atraviesa esta familia tras haberlo perdido todo,  pero desde luego “por mí no van a saberlo, si quieren solicitar ayudas desde el Ayuntamiento, bienvenido sea, pero yo públicamente, no lo haré”, argumentó.  
Ricardo, que trabaja como pintor y tiene su negocio en a Ramallosa, agradece la solidaridad de amigos y compañeros. Contratistas que le dan trabajo se pusieron a su disposición desde el primer momento. "Me dijeron que si quería, en 24 horas estaban aquí para arreglarme la casa. Con eso ya me llega", dijo. Por otra parte, tras los momentos de angustia que vivieron, Ricardo se está replanteando su vida. "No me planteo seguir viviendo aquí", entre otras razones,  porque hay riesgo de desprendimientos cuando empiece a llover desde la ladera de monte calcinado que está situada detrás de las tres viviendas. "Sería temerario salvarnos del fuego y arriesgarnos a morir aplastados una noche mientras dormimos. Respecto a los recuerdos atesorados en 32 años de convivencia familiar en la casa ahora destruida, destacó que “la parte emotiva que conservo son mi mujer y mis hijos que logré salvar del fuego, el resto de los recuerdos que ardieron ahí dentro,  teniéndolos a ellos, me sobran", concluyó.  

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