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Una nueva plaga asiática amenaza los bojes del Miñor

La "vespa velutina", más conocida como avispa asiática, tiene especial incidencia en el Miñor (imágen de un nido extraido en Gondomar) y daña la producción de miel. Hoy (18:45 horas) se ofrece una charla sobre ella en el Centro Neural de Gondomar.
photo_camera La "vespa velutina", más conocida como avispa asiática, tiene especial incidencia en el Miñor (imágen de un nido extraido en Gondomar) y daña la producción de miel. Hoy (18:45 horas) se ofrece una charla sobre ella en el Centro Neural de Gondom

Fue detectada por vez primera en Tomiño y ya afecta a jardines de Nigrán y Gondomar 

Una nueva plaga de origen asiático amenaza a la flora del Val Miñor. Así, al picudo rojo que fulmina las palmeras de la zona y a la mosca africana que ataca los cítricos se suma ahora la polilla china, insecto que destroza el boj y que ya ha sido detectado por particulares en jardines de Gondomar y Nigrán. 
    Este arbusto empleado habitualmente en Galicia para crear setos y más conocido por su nombre gallego, buxo, se ve amenazado ahora por la 'cydalima perspectalis walker' (popularmente, polilla china). El lepidóptero entró a Europa por Alemania, donde en 2007 se descubrió en las proximidades de un centro de importación de productos asiáticos (procede de China, Corea o Japón). Por su parte, la Estación Fitopatológica de Areeiro dio cita del insecto por vez primera en la península en mayo de 2014, en Tomiño. La plaga, lejos de contenerse, ha avanzado hasta el Val Miñor, comarca donde se establece el foco del picudo (de origen asiático) y donde por primera vez se detectó también la avispa asiática. A mayores, la mosca africana descubierta en el Barbanza y conocida como dragón rojo (Trioza erytreae Del Guercio ), está afectando a los cítricos del Miñor.
    Desde 2007 la polilla china ha ido avanzando por centroeuropa, haciendo estragos en Basilea (Suiza) en solo dos años. Esta rápida dispersión por el continente se atribuye al comercio de plantas, particularmente de 'buxus sempervirens'. De hecho, el foco de la península ibérica se sitúa en en Tomiño, primer productor nacional de boj, con 50.000 unidades al año.
    Las larvas de este lepidóptero causan defoliaciones severas que, entre otras cosas, limitan la fotosíntesis. Sin embargo, el daño más grave deriva de su ataque a la corteza, que puede llevar al secado y muerte de la planta. Afecta tanto a arbustos cultivados de boj como a los que crecen de forma espontánea. La manera de combatir la plaga es con insecticidas piretroides.
    Según la bibliografía, la primera generación provoca menos daños, y es la segunda la que produce la desecación masiva de las plantas. Teniendo en cuenta que se detectó en Tomiño y en mayo de 2014, es más que probable que el Val Miñor se enfrente a su cara más agresiva.n

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