n n n Javier Pablo González Lago, natural de Vigo pero residente en Gondomar, es uno de los ocho ciclistas que fue víctima del en el atropello múltiple de ocho ciclistas ocurrido hace seis meses en el carril bici que enlaza Baiona y A Guarda, un fatídico accidente en el que perdió la vida uno de sus compañeros de ruta. Seis meses después de la tragedia, Javier se acercó hasta Baredo donde ayer se iniciaron las obras de refuerzo de la seguridad en el carril bici, tristemente famoso por su elevada siniestralidad. El último accidente fue este domingo, cuando un coche que salía de un garaje arrolló a un ciclista que salía de Baiona tras disfrutar de la llega de La Vuelta.
Las obras consistirán en la sustitución de los separadores de hormigón por otros de goma rebasables, que amplían el espacio a lo que puede recurrir el ciclista deportivo en caso de necesidad. Además, se dotará esta carretera, la PO 552 de arcenes más anchos, en las que será posible la práctica del ciclismo deportivo, mientras que el carril bici se estrechará y quedará convertido en una senda mixta de utilidad tanto para peones como para ciclistas turísticos. Una solución que sin embargo no convence a todos.
El proyecto de la Xunta, que le parece?
Mejor que lo que hay es; pero, si van a mantener las gomas, aunque se quite una de cada cinco, seguirá siendo una trampa porque no hay escapatoria. La goma no hace absolutamente nada porque es rebasada igualmente por coches, motos y ciclistas. Creo que es mejor quitarlas y poner bandas sonoras para alertar al conductor que se está desviando. Si vamos por el carril, vamos encajonados y si vamos por fuera, como era nuestro caso el día del accidente, por muy pegados que vayamos al carril vamos por el medio de la carretera.
La división entre coches, ciclistas peatones ¿no le convence?
Personalmente creo que lo mejor sería mantener un arcén lo más ancho posible y punto, porque además ahora el Camino Portugués de la Costa tiene mucho auge porque es muy bonito. Por mucha delimitación que hagan cuando venga un grupo de cuarenta peregrinos, el ciclista que vaya por el carril tendrá que salir igualmente a la carretera. Creo que lo interesante es que podamos salir; por eso digo que si solo hubiera rayas blancas, el ciclista que va por el carril y ve peregrinos o avista un coche saliendo de un garaje, podría separarse y pasar, algo imposible si vamos encajonados. Puede salir un coche de un garaje o un niño y una bicicleta que circula a una velocidad de 30 o 40 kilómetros por hora en el carril tarda mucho en frenar. El problema es que estas cosas las deciden personas que seguramente no anduvieron nunca en bicicleta o van siempre en coche oficial.
¿Es dura la recuperación? ¿Como están sus compañeros?
Ñito ya no está, Diego sigue igual, en coma y el resto, aparentemente estamos todos recuperados pero la procesión va por dentro.
¿Le van a quedar secuelas?
En mi caso, seguramente tendré que operar el hombro derecho y después tendrán que retirarme las chapas del brazo izquierdo. Cada vez que me levanto me crujen todos los huesos. Suelo ir a la playa temprano a trotar. Lo hago por prescripción médica para ir cogiendo fuerza. El otro día fui como un bañista más y a las dos horas estaba molido porque no aguanto tumbado en la arena. Es cuestión de tiempo, ojalá Diego y Ñito tuvieran ese tiempo para poder recuperarse como yo.
¿Volverá a hacer ciclismo?
Espero que sí. Tengo ganas de coger nuevamente una bicicleta. No es solo el deporte. Además de conocer sitios bonitos vamos entre amigos. Nuestras hijas son amigas, hacemos viajes juntos, somos amigos. La bici es una forma de vida y lo echamos de menos, a parte del ejercicio. Según los médicos si no fuera por nuestra forma física hubiese habido más muertos o paralíticos. Ninguno de los médicos que nos atendió se explica cómo nos aguantaron las vértebras porque el impacto fue grande. Tengo ganas de estar en forma otra vez y que el médico me diga que puedo correr en bici.
