verano

Hipnosis de guitarra con Joe Satriani

Joe Satriani salió al escenario arropado por su banda para la que pidió un aplauso nada más salir a l escenario. Al fondo de la imagen, el bajista  Bryan Beller.
photo_camera Joe Satriani salió al escenario arropado por su banda para la que pidió un aplauso nada más salir a l escenario. Al fondo de la imagen, el bajista Bryan Beller.

El virtuosismo y la elegancia con las cuerdas del intérprete neoyorkino brilló en el Auditorio Mar de Vigo y entusiasmó a un público entregado que agotó las entradas con días de antelación

Con el público ya puesto a tono por el británico Oli Brown, la estrella de la noche salió al escenario. Joe Satriani fue recibido con una ovación y no decepcionó. Convirtió su único concierto en Galicia en una noche mágica, donde la guitarra y su potencial sonoro brilló con fuerza propia. Fue una velada dedicada a los amantes del rock.
Tocó un tema tras otro casi sin dar tiempo a asimilar el momento. Con una música envolvente, consiguió mantener el clímax en cada interpretación. La iluminación y los efectos visuales proyectados en la gran pantalla al fondo del escenario aumentaban la atmósfera hipnótica en la que sumió a los espectadores. Arropado por su actual banda con Mike Keneally (segunda guitarra y teclados), Bryan Beller (bajista) y Marco Minnemann (baterista), el interprete neoyorkino demostró de lo que es capaz. En un derroche de virtuosismo, ofreció melodías llenas magia con chorros de efectos. Con sus inseparables gafas negras y con una sonrisa que le iluminó la cara durante gran parte de la actuación, Satriani disfrutó cada momento del concierto y lo transmitió al respetable.
En su repertorio no podían faltar “Jumpin’ In” y “Devil’s Side”, interpretados con maestría y majestuosidad, aunque gran parte del repertorio lo componían temas de su último disco “Unstoppabel Momentum”. En definitiva, su guitarra repasó desde los estilos más barrocos, pasando por los toques roqueros e incluso abordó el mestizaje. Si otros cambian de traje en su escenario, Satriani varió de guitarra, todo un abanico de Ibanez.
Florituras, solos infinitos y matices increíbles predominaron en el primer concierto del verano que llevó a Vigo a la primera categoría del circuito musical. Magnífico, aunque solo recomendado para iniciados y amantes de la guitarra. 
Escueto en palabras, agradeció en castellano la buena acogida de un público variopinto tanto en edad como en estilo.n

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