El virus del sida registra 22 casos al año y crece en homosexuales

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La mitad de los nuevos diagnósticos se dan en personas con la enfermedad avanzada, por lo que los expertos recomiendan hacerse la prueba e insistir en la prevención

r.suárez. vigo rsuarez@atlantico.net

Publicado: 09 dic 2015 - 09:54 Actualizado: 10 dic 2015 - 10:34

Celia Miralles trabaja en la Unidad de VIH del Cunqueiro.
Celia Miralles trabaja en la Unidad de VIH del Cunqueiro.

Las prácticas sexuales no seguras son, desde hace diez años, la principal vía de transmisión del virus del VIH tanto en las relaciones heterosexuales como las homosexuales. Aunque el número de infecciones nuevas al año se mantiene estable desde 2004, sí que se registra un aumento sostenido en el número de nuevos casos de personas que mantienen relaciones homosexuales y en la franja de edad de 18 a 45 años. "Son el grupo poblacional más vulnerable", asegura Celia Miralles, especialista de la Unidad de VIH del Complejo Hospitalario de Vigo.

En cambio, el contagio por compartir materiales para la inyección de drogas es ahora residual. "Cuando nosotros empezamos hace 25 años, casi el 70% de los diagnósticos eran de usuarios de drogas por vía enteral y hoy es algo anecdótico. Incluso nos cabe la duda en esos casos si la infección pudo haber sido sexual también", afirma.

Con los datos de 2015 aún sin cerrar, la doctora Miralles calcula que en el área sanitaria de Vigo se detectan unos 22 casos nuevos al año aproximadamente.

En su opinión, es necesario poner el acento en dos cuestiones que considera "graves" y sobre las que se debería actuar. Además del mencionado aumento de casos entre homosexuales jóvenes, alerta de que "la mitad de los nuevos diagnósticos se realizan en personas con la enfermedad avanzada (presentadores tardíos) y que ya están en riesgo de poder desarrollar el sida porque el virus ha afectado a su sistema inmunológico", explica. De hecho, muchas veces esos nuevos diagnósticos de VIH son a la vez diagnósticos de sida.

Ante la pregunta de si se ha bajado la guardia ante esta enfermedad, Celia Miralles considera que sí y una de las explicaciones está precisamente en la mejora de los tratamientos que hacen que en muchos casos con una sola pastilla al día se pueda tener un control absoluto de la enfermedad.

Desde que a partir de 1997 tenemos acceso a nuevas medicaciones que impiden que la enfermedad progrese y nos ayudan a vivir con el VIH como una enfermedad crónica, incluso de menor cuantía que una diabetes en la que tengas que ponerte insulina, se ha creado una despreocupación. Nada que ver con aquellos primeros años de terror. A pesar del disgusto, ahora esa persona va a vivir con su enfermedad una vida normal y eso tiene su parte buena y su parte mala, porque se ve la relajación en las prácticas sexuales, y vemos casos en chicos de 19 años", señala. Según opina, es necesario volver a las campañas informativas ("no siempre es por falta de información, hay universitarios que piensan que nunca les va a pasar y siguen el comportamiento del medio en el que están"), así como el diagnóstico precoz ("vienen tarde a la consulta porque no se encuentran mal y porque no se hacen la prueba") y tratar a esos pacientes cuanto antes para que no progrese y para que no transmitan el virus a otras personas de su entorno.

"Creamos grupos de apoyo para que superen el aislamiento social"

El VIH sigue teniendo un fuerte estigma social y de hecho muchos de los portadores lo ocultan incluso en su entorno más próximo por vergüenza o por temor al rechazo. No causa el mismo impacto decir que uno padece un cáncer de pulmón por fumar, que tener una infección por VIH porque un día tuvo una relación sin protección, indica. Las reacciones suelen ser negativas: "algo habrá hecho" es el comentario más habitual. Celia Miralles dice que es necesario cambiar esta situación y que se debe pensar que es una enfermedad como otra cualquier otra.

Para ayudar a los afectados a vencer su aislamiento social, desde la Unidad de VIH del Complejo Hospitalario Universitario Vigués se crearon en los últimos cinco años varios grupos de apoyo de personas con este virus, primero de mujeres y más recientemente también de hombres.

"El grupo de apoyo fue muy positivo. Al menos pueden hablar entre iguales sin el soporte de la vergüenza porque a veces no se atreven a decirlo ni a sus parejas, están asilados con el peso de la culpa y viviendo situaciones que no deberían", señala la doctora.

Además de la información, el diagnóstico precoz y el tratamiento a los pacientes, Miralles considera que hay un arma que también se utilizará en el futuro y que se conoce como profilaxis de exposición. Estados Unidos ya lo hace y en países europeos como Reino Unido y Francia se hicieron ensayos clínicos. Se trata de dar medicación a personas sanas con un comportamiento de riesgo elevado para evitar que se lleguen a infectar. Para llevarlo a cabo, falta que pronuncie la Agencia Europea del Medicamento y también el Ministerio de Sanidad español.n

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