Vigo pide por las mujeres y la inclusión

Los miembros de la Cofradía del Santísimo Cristo da Vitoria comparecían felices en la mañana de ayer en Castrelos. La jornada anterior habían celebrado la incorporación de 90 nuevos cofrades, una cifra histórica para esta entidad religiosa, y ayer procedían a celebrar el tradicional acto de lectura del pregón, al que este año invitaron a Susana García-Baquero Borrell. En la antigua pista de tenis del emblemático pazo Quiñones de León, junto al palomar, donde los asistentes pudieron disfrutar de la sombra de los árboles a una hora donde ya caía un sol de justicia, la fiscal jefe del área de Vigo clamó por las mujeres y por la inclusión de las personas que escapan de situaciones de guerra, como la de Ucrania, de la miseria, el hambre o la esclavitud.

García-Baquero recordó que Vigo es una ciudad de acogida, incluso para ella, que se asentó aquí hace 30 años. También aludió a su calidad de fiscal. “Esta experiencia me ha dado la oportunidad de conocer de primera mano el sufrimiento que producen la ira, la violencia, las adicciones, la explotación, el abuso. Pero también los signos de solidaridad y de esfuerzo colectivo”, dijo. En este sentido, destacó la personalidad de las viguesas, “su carácter, su fortaleza, su lucha por sus hijos, sus movimientos colectivos, su fuerza en las asociaciones y en los barrios, su unión en organizaciones para combatir el abuso”, y abogó por que las mujeres sean “señoras de sí mismas y de su cuerpo”, tomando las palabras de Judith Stein, patrona de Europa.

La pregonera ofreció al Cristo da Vitoria el trabajo diario y el esfuerzo de las Fuerzas de Seguridad y de los tribunales, administraciones y colegios profesionales y pidió por los profesionales de la Justicia para que velen por la ley y por la protección de las víctimas.

La lectura del pregón congregó a las principales autoridades de la ciudad: el alcalde y buena parte de su grupo de Gobierno, el obispo de Tui-Vigo, la delegada de la Xunta en Vigo, el grupo municipal del PP y su portavoz y vicepresidenta de la Diputación, así como a autoridades militares, el portador del estandarte en la procesión de este año, Javier Touza, y la junta de la Cofradía al completo.

Caballero aboga por la defensa de la solidaridad

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, fue el encargado de cerrar el acto del pregón con un discurso en el que, a modo de narración, fue relatando la procesión del Cristo da Victoria por las calles del Casco Vello al tiempo que repasaba la historia de la ciudad, llena de épica, leyenda, creencias y fe, y el sentir de los vigueses. Todo ello, para hacer una “defensa de la solidaridad, de la igualdad, de nuestras gentes, de nuestra economía, de nuestra industria, del empleo, de las infraestructuras, de los trenes de alta velocidad, de las autovías, de las bibliotecas del Estado, de la potabilizadora, del agua, del aeropuerto, del partido judicial”, enumeró. “Sin cañones, con las armas de la razón, del diálogo, del respeto al otro. Con la fuerza de la historia… y siempre, siempre, con el barco de la sal en el que él llegó, desde los bravos mares océanos. Siempre con Vigo”, concluyó.

Previamente, el acto se abría con la intervención de la presidenta de la Cofradía del Cristo da Vitoria, Marora Martín-Caloto, quien aludió al espíritu de la ciudad, al cielo y la luz de Vigo, al amor y desamor sobre el que estos días ha estado reflexionando el juez auditor de la Rota de la Nunciatura Apóstolica de Madrid, Jesús Rodríguez Torrente, predicador de la novena este año. También, a los pescadores, representados por Javier Touza, presidente de Arvi, quien procesionará hoy con las armadoras Pilar Estévez e Isabel Núñez.