Vigo celebró la Copa del Mundo de España
Un nutrido grupo de personasdisfrutó de la final en la Alameda
Cuando hay ganas de fiesta, todo vale. Y la selección española de fútbol se encargó de brindársela al nutrido grupo de vigueses que siguió la final del Mundial mediante la pantalla gigante que el Concello instaló en la Praza de Compostela, en plena Alameda. En torno a dos centenares de personas vibraron allí con el gol de Olga Carmona, con la calidad de Tere Abelleira, la electricidad de Salma Paralluelo o el talento de Aitana Bonmatí. Aunque, probablemente, un buen número de estes aficionados haya descubierto estos nombres ayer. Nunca es tarde si la dicha es buena.
Y eso que el partido empezó con incertidumbre. Algún problema técnico evitó que la imagen reluciese en la pantalla durante los primeros minutos de encuentro. El sonido tardó algo más en acoplarse. Cosas del directo. Eso propició que los teléfonos móviles asomasen desde los bolsillos para ejercer de sustitutos temporales y llevarse toda la atención -aún más que de costumbre-. Hasta el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que acudió al ver el encuentro, tiró de dispositivo para ver las primeras evoluciones de la selección española y de la inglesa en el Estadio Australia de Sidney. Como fueron bastante intrascendentes, no se perdió mucho.
Después vino el nudo en la garganta con el remate al larguero de Lauren Hemp y el fallo de Alba Redondo. Un presagio del estallido de alegría tras el gol de la capitana Carmona. Pero como todavía quedaba tela de cortar, los nervios afloraron entre la preguntas de “¿cómo se llama esa?”. El fallo de Jenni Hermoso en el penalti disparó los miedos, pero el pitido final los diluyó. Vigo también fue campeón del mundo. El siguiente paso, un equipo femenino de élite.
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