Vigilancia en Vigo a las fiestas ‘clandestinas’ para despedir el año

El cierre de locales nocturnos debido a las dificultadas arrastradas del covid y la subida de precios, así como el control férreo realizado desde la Federación Gallega de Salas de Fiestas y Discotecas frente a establecimientos y administraciones locales para que se cumpla la normativa, ha hecho que se desplomen las fiestas ilegales de Fin de Año y Reyes.

El presidente de la federación, Samuel Pousada Soaje, lo aseguró ayer en su tradicional comparecencia a los medios con motivo de la campaña navideña, en la que cifró en un 50% la caída de celebraciones sin licencia o permisos. En Vigo y provincia, la cifra estimada para estas vacaciones apenas llega a las 150 de las 450 en Galicia (frente a las casi 900 del año pasado). Sin embargo, los empresarios admiten que aunque en un porcentaje muy pequeño, alrededor de un 15%, las llamadas fiestas “clandestinas” siguen existiendo.

Son otro tipo de saraos cuya ilegalidad traspasa los trámites administrativos, carecen de control y suponen un riesgo elevado. Contra esas fiestas, el sector del ocio nocturno está muy vigilante. “Son muy difíciles de detectar porque se organizan por redes”, explicó Pousada, quien afirmó que “se suelen celebrar en naves abandonadas o en lugares cerrados durante mucho tiempo”.

Esta dificultad obliga a “estar muy pendientes”. Este año, vigilan la antigua fábrica de Massó en Cangas, donde ya hubo alguna celebración, o la nave en Bouzas, que llegó a cerrarse en años anteriores, así como el polígono de Cambre o el Casco Vello de Santiago. “De momento, no tenemos datos concretos respecto a que pueda celebrarse alguna de estas fiestas, pero sí hemos escuchado comentarios y hacemos controles en las zonas, para comprobar si hay movimiento. Es importante en estos casos la colaboración de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado y las policías locales”, explicó.

Recordó que en los últimos años, la entidad denunció a cerca de 80 locales, “en algunos casos se impidió la celebración de fiestas y en otros los expedientes llegaron a sanciones aunque hay dificultades muchas veces para encontrar a la persona que está detrás y los expedientes pueden llegar a alargarse más de la cuenta”.

Respecto al futuro del sector, se mostró optimista. Aseguró que, pese a la catástrofe que supuso la pandemia, “se ha podido recuperar un 10% de una actividad que llegó a caer al 60%”. Además, aludió a los nuevos cambios normativos que se plantean para el próximo año, como la Ley de Protección de la Salud del Menor que prepara la Xunta y que, a juicio del presidente de la federación, “dará respuesta a muchas de nuestras históricas reivindicaciones, porque plantea la prohibición del botellón, permitirá la entrada a locales de menores entre 16 y 17 años aunque no consuman alcohol lo que les aleja de la calle sin control, y además la Xunta recupera la potestad sancionadora evitando así que otras administraciones eludan esa responsabilidad”.

Por último, destacó el borrador sobre el protocolo de agresiones a mujeres y a colectivos LGTBI que prepara la Consellería de Igualdade y que se aprobará el próximo año, “será muy importante porque hemos notado un incremento de estos casos”.