La vieja estación de buses de Vigo se convierte en un “albergue”
La instalación de la avenida de Madrid lleva ya más de un año cerrada, a la espera de la demolición del edificio, de titularidad autonómica. Pueden pasar meses o año
La antigua estación de autobuses de la avenida de Madrid lleva 14 meses cerrada y nunca volverá a abrir. Aunque está sellada y precintada para evitar la entrada de personas sin permiso, según señalan fuentes de la Xunta, que continúa siendo su propietaria, se ha terminado por convertir en una especie de refugio para personas que no tienen donde dormir y que han encontrado un espacio amplio para pasar la noche. Al menos en el exterior del edificio, que está ocupado con colchones donde a diario hay docenas de personas.
El interior también nota el efecto del abandono, pero todavía no se ha convertido en ruina. En teoría, hay una vigilancia contratada por el Gobierno gallego que se mantiene para evitar su okupación, lo que conllevaría una rápida decadencia de una instalación que ya se encontraba al límite de operatividad antes de su cierre debido al traslado a la terminal de Urzaiz.
Lo que sí parece seguro es que el único futuro de la instalación pasa por su derribo completo, ya que el nuevo Plan General contempla que la parcela sea zona verde y deje de tener calificación dotacional, como hasta ahora. El terreno y la estación son propiedad de la Administración gallega, que contemplaba una inversión potente para reconvertir todo el espacio en residencia de mayores y escuela infantil, un modelo que ha funcionado muy bien en Ourense, y que añadiría un parking disuasorio gratuito, para que algunos de los miles de conductores que entran a diario en la ciudad dejen su vehículo y se pasen al autobús urbano. Pero el Concello ha decidido que sea zona verde y así figurará en el Plan General que se aprobará en unos meses. Por tanto, no se podrá mantener ninguna edificación, por lo que la única posibilidad pasa por la demolición de todo el conjunto para desarrollar un parque en su lugar, pero pueden pasar meses o años hasta que haya un acuerdo entre la Xunta y el Concello y mientras tanto seguirá usándose como “refugio”. La estación de la avenida de Madrid fue aprobada en 1988, siendo presidente de la Xunta el socialista Fernando González Laxe.
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