La vida con un Tesla: “A veces me dicen que lo venda ya”
Vigueses con el vehículo de la empresa de Elon Musk aseguran sentirse muy satisfechos con su rendimiento y no conciben conducir otro modelo: “Sería volver a la edad de piedra”
La empresa Tesla, propiedad del magnate Elon Musk, ha llegado a Vigo. Primero, de la mano de conductores que, atraídos por su eficiencia y buena fama, apostaron por hacer suyo un vehículo eléctrico y de alta gama. Luego, con la llegada de un concesionario en Camposancos. No es muy habitual que en las carreteras de Vigo y su área se visualice coches de este estilo, y más tras las dificultades que la empresa americana vive con la influencia de Musk en la Casa Blanca, ahora en manos de Donald Trump. Esto está provocando un aluvión de incidentes en Estados Unidos con los vehículos Tesla, en ocasiones grafiteados y golpeados. Situación que, de momento, no ha llegado a Europa.
“A veces algún cliente me dice que lo venda ya”, indicó Julio Sousa, propietario de un Tesla que utiliza como taxi (el único en Vigo). Sin embargo, el conductor se muestra distante de toda la polémica y tan solo critica la ambición de Musk por adentrarse en la política, que afectará a sus intereses económicos: “Creo que cometió un error, pero dentro de unas semanas se le olvidará a la gente. Clientes entran y se sorprenden con el interior pero, cuando digo que es un Tesla, lo critican”.
Sousa fue un visionario. En 2022 rebuscó por internet un vehículo tras pasar “cada tres meses en el taller” con su Peugeot 308 con el que trabajaba. La búsqueda y el análisis fue ardua pero, tras un año pensándolo, voló a Madrid para hacerse con un Tesla de 70.000 euros y hacerlo su modo de vida (y fuente de ingresos): “Para el negocio, lo mejor era éste coche eléctrico. Me daba más autonomía y su aerodinámica hace que consuma menos”. Pronto comenzó a ver los beneficios en su bolsillo con respecto a sus compañeros de profesión. “Si ellos se gastan 600-700 euros en combustible al mes, yo puedo gastarme entre 60 y 70 euros”. Diez veces menos.
Vicente Comesaña encontró en Tesla un vehículo ‘amigo’. Tanto, que 7 meses después de adquirir uno, compró otro más. “Uno es para la familia y otro para los negocios”, aseguró. Por curiosidad, alquiló uno en un viaje a Italia y se enamoró, hasta el punto de “una vez llegado a Vigo no lo pensé más. Me compré uno”. Ahora, nota la diferencia con un vehículo convencional de combustible en el ruido y la aceleración, algo que no quiere volver a vivir: “Me resultaría incómodo. Sería como volver a la edad de piedra”.
Tanto Comesaña como Sousa aseguran estar muy satisfechos con la compra por sus prestaciones y se mantienen lejos de las polémicas vividas en Estados Unidos. Eso sí, la clave para ser del ‘team Tesla’ no pasa por gastar mucho dinero sino en cambiar el ‘chip’ de la conducción. “Prefiero ahorrar 150 euros pero llegar a Madrid una hora más tarde por cargar el coche”, añadió Comesaña, que necesita ‘llenar el depósito’ de su Tesla en formato deportivo cada 300 kilómetros aproximadamente.
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