METEOROLOGÍA
Una masa de aire frío y nevadas reciben el invierno
Ana Alonso, jugadora del Carballal y entrenadora internacional
Ana Alonso Fragua (Vigo, 28 años) regresó esta temporada al Carballal, su primer club, tras dejar el Balonmano Porriño. Trabaja en la Federación Galega de Balonmán, acude a concentraciones de diversas selecciones españolas y dispone del título de entrenadora internacional.
¿Cómo es su día a día?
Este año me surgió la opción de entrar en la Federación Galega de Balonmán y lo compagino con seguir jugando a balonmano. En este caso, en el Carballal. Lo mezclo con la múltiples funciones con la Española de balonmano. Todas las áreas se juntan un poco y estoy con varios proyectos. Estuve con unos alevines con la Universidade de Santiago, tenemos el 5X5 de la Diputación de Pontevedra y, también, el plan corresponsables… Mil proyectos en los que estamos, y yo en ellos.
¿Cómo aparece la opción de entrar en la Gallega?
Trabajaba en el Balonmano Porriño y sentía que tenía que hacer un cambio de ciclo. Hablé con Bruno López, el presidente, y estoy desde junio. Tengo que darle las gracias a los entrenadores del Carballal porque me dan muchas facilidades. Fui sincera a inicio de temporada, pero la carga de trabajo aumenta con los meses. No puedo ir a todos los partidos. De hecho, ni siquiera a tantos como me gustaría.
¿Esta es su última temporada en activo?
Estoy en un momento de reflexión, ahora que se acerca el final de temporada. Los años pasan y cada vez me cuesta más estar a todo. Además, no me gusta dejar las cosas a medias. Por eso, igual estos son los últimos partidos como jugadora federada. Comencé en el Carballal cuando estudiaba segundo de Primaria y, desde que volví a Galicia, estuve cinco años en el Balonmano Porriño hasta el actual. No es un extra, que lo estoy disfrutando, pero sí que quería acabar en casa. Si este va a ser el último año, que todavía no lo sé, quería que fuese en el Carballal, que es mi casa.
¿Cuándo se da cuenta de que la faceta de jugadora no va a ser su camino principal?
Desde el principio de todo ya era consciente del recorrido que podía tener como jugadora. En el Balonmano Porriño tuve minutos en División de Honor, pero era consciente de que había estudiado para ser preparadora física y entrenadora y que ese era mi futuro laboral. Al principio, lo vas compaginando, pero las horas del día son las que hay y el punto de inflexión definitivo ya es este año, al entrenar en la Federación Galega de Balonmán. Ser jugadora ya es un hobbie, pero que quita mucho tiempo al estar en División de Honor Plata. Hace unos años ya vi que lo que realmente me motiva es el entrenamiento, la preparación física y la organización desde una federación, más que la propia faceta de jugadora. Si tuviera tiempo, seguro que seguiría jugando.
En el Porriño jugaba en Plata y, después, llegó a llevar la preparación física de los dos equipos sénior.
En el Balonmano Porriño ya entré, fundamentalmente, como entrenadora de la base y como preparadora física. Seguía jugando y lo compaginé, pero ya me decanté por esa faceta que no es jugar. Llevar la preparación física de tantas jugadoras es complejo. Al final, sí que se me pudo hacer más complicado porque trabajar con jugadoras que también son amigas siempre es difícil. No obstante, en este caso, como además de hacer el trabajo ellas, también lo tenía que hacer yo, no había problema.
¿Cómo fue sacando los títulos de entrenadora?
La Federación Española de Balonmano da la competencia de los dos primeros niveles a las territoriales y, por lo tanto, estos dos carnets los saqué en Galicia hace mucho tiempo. El tercero, que es estatal, algunos años dispone de cursos en las territoriales y yo aproveché uno para sacarlo. Y, por último, está el cuarto, que es competencia de la EHF y lo saqué en noviembre en un curso internacional en varios países. Este ya es el nivel para entrenar Champions. Por ejemplo, para entrenar al Guardés es necesario. La titulación es reciente y sé que hay unos cuantos entrenadores, pero supongo que no son muchos.
Y supongo que había poca gente de su edad en el curso de la EHF.
Sólo había un español más en el grupo y era de las más jóvenes. La verdad es que, a esta edad, es raro que aspires a entrenar a un equipo en Europa. Yo, la verdad es que tampoco pienso en ello, pero toda formación es bien recibida.
¿Qué labores hace en la Española? Voy con los hombres a las concentraciones como técnica de vídeo y, en las categorías base femeninas, también voy como técnica de vídeo y preparadora física. En balonmano playa, soy segunda de la selección española absoluta. Es cierto que las concentraciones son espontáneas. No sabes si te van a llamar a la siguiente convocatoria. Llevo en ellas desde 2018. Cuando aparecen las opciones, lo voy gestionando y tengo la ayuda de la Federación Galega. La actividad de la selección de playa sí es más segura.
¿Cómo es cambiar de una actividad de alevines a una concentración de la Española?
Creo que todos deberíamos pasar por todos los campos y me ayuda para la preparación. Estar con la absoluta o con los juveniles y, después, estar en esos partidos del ‘barro’ de alevines me ayuda a ser mejora entrenadora.
En diez años, ¿se ve como una especilista, como es ahora, o como primera entrenadora?
Es una pregunta difícil. Todavía la tenga por resolver. Me gustaría hacer mis ‘pinitos’ como entrenadora. Las cosas llegan y creo que todavía no es mi momento. Debo seguir mi camino. Esta temporada no llevé a ningún equipo porque no me da para más, pero la próxima sí que debería estar con algún equipo y retomar el camino que me debería llevar al alto rendimiento en algún momento.
¿Le da tiempo a ver partidos?
Tengo que admitir que de masculino no veo mucho, pero de División de Honor femenina creo que veo sobre la mitad de los partidos y de Plata, como mínimo, los partidos de nuestro rival. Además, sigo bastante a los gallegos. El fin de semana, sobre todo el sábado, estoy pegada al teléfono y al ordenador.
¿En qué momento está la División de Honor femenina?
En los últimos años se tomaron medidas para ir hacia la profesionalización del balonmano. Ayudan a ese camino y, a nivel general, creo que se avanzó en todos los clubes en el último lustro. No obstante, todavía debe mejorarse más y vemos que en el fútbol femenino ya hay una asociación de jugadoras y un convenio colectivo. Por suerte, ahora tenemos una asociación de jugadoras con una directiva nueva que se está moviendo en esa dirección. Vamos más lentas, pero espero que se llegué. La situación laboral continúa siendo complicada y esto hace que muchas jugadoras no tengan como objetivo primordial jugar a balonmano. Aguantan en el deporte mientras estudian pero llega el momento de elegir y muchas optan por dejar el balonmano.
Y en el balonmano es necesario tener una profesión porque lo que se gana no da para vivir mucho.
Cuando estaba en el Balonmano Porriño siempre fomentamos el estudio. Además, creo que es importante tener dos pilares en tu vida y no sólo centrarse en el balonmano porque, en cualquier momento, puede terminarse. Si solo tienes el deporte, puede llegar una lesión y pasarlo mal a nivel psicológico. Si solo tienes el balonmano y, por cualquier motivo, va mal, lo pasarás mucho peor que si tienes un plan B.
¿Cómo valora el papel de las selecciones gallegas en el Campeonato de España?
Todos terminamos más satisfechos que en 2022. Sacamos dos medallas y casi todos los equipos estuvieron en la primera categoría. No son los mejores resultados. Todavía se puede mejorar porque Galicia y, en especial, Pontevedra tiene un gran número de jugadores.
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