La veda al jurel aboca al cierre a las empresas de frigoríficos

Las pequeñas y medianas empresas de frigoríficos para la pesca afrontan el inicio del año con una incertidumbre máximo. A una situación ya complicada provocada por el alza de los precios de la energía y la inflación, se suman ahora la entrada en vigor del impuesto a los plásticos, la exclusión del pescado de las rebajas del IVA a los alimentos y especialmente el recorte de la cuota del jurel a tan solo un 4% de lo pescado en 2022.

Desde la Asociación de Frigoríficos de Pesca Extractiva (Afripex), con sede en Vigo, señalan que esta conjunción de factores está llevando a una quincena de pequeñas y medianas empresas del sector a una situación límite y piden medidas de apoyo para no verse obligados a bajar la persiana, ya que para la mayor parte, el jurel suponía la mitad del pescado que congelaban.

“Nos están asfixiando por la corriente, el plástico, el agua, se nos hace todo insostenible”, asegura Manuel Fernández, administrador de la empresa Frigoríficos Iberport, situada en el muelle de O Berbés, y de Frigoríficos Fercón, en Ribadavia. En su caso, señala que de no recibir algún tipo de ayuda se verá obligado a hacer un ERE y cerrar, ya que el jurel suponía el 48% del producto que manejaban. Todo ello ante una situación ya especialmente complicada. “Es insoportable pasar de pagar 15.000 euros de luz a 35.000 en la planta de Vigo con los mismos kilos fabricados, el agua subió, el plástico también, el jurel fue ya la puntilla, el muerto que nos faltaba”, explica. El sector ya ha solicitado una reunión con la Consellería do Mar para pedir ayudas, y defiende que “nosotros dependemos de los barcos, pero los barcos también de nosotros, cuando hay pescado somos quien lo salva para que no vaya para harina somos una familia”.