Vecinos de Tomás Alonso, alarmados por un "polvorín" con okupas
Una de las casas okupadas de la finca de la antigua panadería Lavandeira volvió a sufrir ayer un incendio tras una explosión. Los residentes de la zona piden soluciones y los dueños esperan permiso municipal para el derribo
“Escuché un estruendo en mitad de la noche y pensé que algún edificio se había derrumbado”. Así explicaba una vecina de un inmueble junto al número 51 de Tomás Alonso, cómo vivió la explosión y posterior incendio registrado en la madrugada de ayer en una de las viviendas en ruinas, frecuentadas por okupas, situadas en la finca de la histórica panadería Lavandeira. El incidente tuvo lugar sobre las 3,00 horas. La deflagración despertó a los residentes de toda la manzana que dieron aviso de inmediato a la Policía Local y los bomberos.
Los primeros en intervenir fueron dos testigos presenciales, empleados del servicio de limpieza de la empresa FCC que utilizaron las mangueras de baldear para tratar de frenar las llamas y que dieron aviso a los residentes de un edificio anexo. “Cuando me levanté vi cómo las llamas llegaban a una altura de varios pisos”, aseguraba otro residente.
Los bomberos tardaron apenas 10 minutos en llegar. Según informaron, el fuego se había extendido rápidamente porque en la infravivienda donde se originó había muchos restos de basura, plásticos, colchones y una bombona de butano. Los efectivos tardaron hora y media en sofocar por completo el fuego. Sobre qué pudo originarlo, las mismas fuentes sospechan que pudo ser el enganche ilegal de la luz, que al realizarse sin diferencial “puede ser extremadamente peligroso", alertaban.
La situación por desgracia no es nueva. Hace un mes aproximadamente volvió a registrarse un incidente similar en el mismo sitio que obligó a los bomberos a derribar un muro, cuyos restos aún se mantienen intactos. “Esto es un nido de infección y de ruina y un auténtico peligro para todos”, señalaba un trabajador de un negocio anexo.
Pese a la violencia de las llamas, no hubo daños personales. Los okupas que se encontraban en la casa la desalojaron por su propio pie, mientras que los vecinos de alrededor salieron a la calle por precaución. La Policía Local tuvo que intervenir en otro de los inmuebles abandonados, donde se encontró al menos cinco personas, teniendo que despertar a varios de ellos. Además, se utilizó un dron para comprobar que no quedaba nadie en el recinto. Mientras dueños de vehículos que aparcaban en la finca retiraron los coches.
Uno de los dueños de la propiedad confirmó ayer que en octubre se presentó ante Urbanismo el proyecto para demoler todo el recinto (la antigua panadería, el obrador y las viviendas) pero todavía no han obtenido la licencia por lo que no pueden actuar. Aseguró sentir indefensión, como los vecinos, “porque los okupas entran y cuando viene la Policía tampoco se puede hacer nada”.
Los residentes están hartos hasta el punto de que hay familias que están planteándose marcharse de la zona y piden una solución urgente. “Así no se puede vivir”, comentaban.
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