‘Validadores’ para las barreras urbanas de Vigo

La Asociación Alento pone en marcha su programa piloto Vigo Accesible para recopilar información acerca de las dificultades en la movilidad para mayores, discapacitados y personas con Daño Cerebral Adquirido

Un usuario de una silla de ruedas en Vigo muestra sus dificultades para cruzar la acera.
Un usuario de una silla de ruedas en Vigo muestra sus dificultades para cruzar la acera.

Alento busca validadores en sus filas. Una labor que consiste en adecuar e informar de la accesibilidad de las diferentes zonas y espacios de Vigo para mayores, discapacitados y personas con Daño Cerebral Adquirido (DOA). El proyecto es pionero, cocinado a fuego lento pero con la necesidad de transformar la ciudad en un lugar donde no existan barreras arquitectónicas. De momento, no cuentan con la categoría de organismo oficial para ser validadores pero en su labor está proponer y difundir los problemas diarios a los que se encuentran muchos de sus usuarios. A veces, las barreras no son solo físicas, sino también digitales, propio de la nueva era. A comienzos de febrero comenzó la actividad con una visita en el Pabellón de Navia, una infraestructura cercana a su sede. 

“Lo de Navia fue una primera toma de contacto, aplicaron la teoría aprendida y vieron todo como su fuese una simulación”, aseguró Amparo Rodicio, del departamento de neuropsicología de Alento. La actividad comenzó con 20 usuarios aproximadamente, que serán más con el paso del tiempo. Dividido en dos líneas de trabajo, cuentan con la discapacidad física y con la cognitiva-sensorial. En la primera, se dedican a analizar la accesibilidad de los espacios urbanos y de lugares vigueses importantes como centros de salud, auditorios o pabellones deportivos. En la segunda, la actividad gira en torno a las posibilidades en materia de cines adaptados a sordos, facilidades para renovar el DNI o navegar en diversas páginas web. “Comenzamos visitando el pabellón de Navia donde hicieron un trabajo como su fuesen validadores. Analizaron la accesibilidad para acudir a una determinada butaca, a los baños y al propio pabellón. Luego, realizaron un informe interno que enviaremos al Concello para que se evalúe las dificultades existentes, aunque para ello ya existen empresas externas que lo hagan”, explicó Rodicio. Ese informe puede tenerse en cuenta por parte de los organismos para adaptar las infraestructuras y remendar errores, pese a no ser validadores oficiales. 

Rodicio y su equipo comenzó con este proyecto tras ver una pequeña grieta en su funcionamiento: “No se utilizan validadores a nivel físico, sino intelectual. Lo vimos cuando realizamos la adaptación de nuestra sede. Entonces pensamos ¿Quién mejor que nosotros para hacerlo? Y así empezó. Ahora, pese a no ser un organismo valorador en la accesibilidad, se encuentran haciendo una labor pedagógica tanto integrantes de Alento como usuarios para que puedan, en un futuro, sus estudios en primera persona se tengan en cuenta por los organismos públicos y privados. “Estamos empezando y viendo las necesidades existentes”, apuntó. También hicieron una visita al centro de salud de Navia, ubicado al lado del local de Alento, para comprobar cómo es su accesibilidad.

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