El turismo nacional acapara el sector en el Baixo Miño

El Baixo Miño es un destino especialmente atractivo para los visitantes que deciden acercarse hasta la zona sudoeste de Galicia. El principal reclamo para los turistas que se aproximan a la zona es la presencia del río Miño, el más importante de los cursos fluviales gallegos. Con esto, la zona fusiona tres tipos de paisaje: el litoral, el monte y el río, un factor que no deja indiferente a ninguno de los que por primera vez descubre este territorio.

Por otra parte, es un lugar con una marcada historia. Monumentos como la citania de Santa Trega en la Guarda y Alto de los Cubos en Tui, dan cuenta de los primeros asentamientos en la comarca y son algunos de los más visitados por los veraneantes.

En este verano que se acerca a su fin, los visitantes han ido llegando con cuentagotas. Los efectos de la pandemia sumados al mal tiempo que asoló Galicia a principios del periodo estival, provocaron uno de los peores meses de julio que se recuerdan en cuanto a la situación turística en el Baixo Miño.

Una de las actividades principales en toda la zona es el turismo guiado. En este sector la oferta es amplia debido a la cantidad de parajes y entresijos que ocultan las calles y montes de este territorio. En la ciudad de Tui es habitual encontrarse con uno de estos grupos de turistas acompañados de un guía. La citania del Monte Santa Trega de A Guarda, las Fortalezas de Goián-Cerveira, el Castro de Baroña, la Ruta Mágica de Oia o la Ruta Arqueológica de Couso son otros de los lugares donde realizan visitas guiadas y rutas interpretadas. Hugo, de Buguina Turismo, es uno de estos profesionales que dedica sus esfuerzos a hacer comprender a los visitantes los secretos mejor guardados del Baixo Miño. “El mes de julio ha sido bastante irregular, no ha habido dos días seguidos que tuviésemos los grupos completos. En cambio, en agosto hemos tenido mucha gente. Fue un cambio tan drástico que casi no pudimos atender a todos. A pesar de esto, la gente opta más por visitar Tui, las rutas de A Guarda están teniendo poco éxito” explicó. En relación con el tipo de veraneante que opta por este destino aseguró que “no exagero si digo que este año el 99,9% han sido españoles.” Por otra parte, afirmó que la temporada estival estuvo marcada por “el efecto de la pandemia” que provocó que muchos turistas pospusieran sus vacaciones al mes de agosto con la esperanza de que “la situación mejorase” y que por esta razón se produjo “la acumulación masiva de visitantes en el último mes del verano”

Por otra parte, una opción popular entre los visitantes de la zona es la de recorrer todo el Baixo Miño hasta llegar a Vigo tras haber recorrido Portugal. “Toda la costa oeste de la Península es impresionante, está siendo una aventura. Después de ver Tui iremos a la Playa de Samil” comentaron un grupo de turistas extremeños.

Los peregrinos eligen el Camino Portugués

El peregrinaje es uno de los pilares básicos de la actividad turística en Tomiño, A Guarda, O Rosal y Tui. El Camino de Santiago no solo nutre de visitantes a la capital de la comunidad. Cada año son más los peregrinos que optan por realizar el Camino Portugués, más concretamente el que los trae por el interior del sudoeste gallego.

Las restricciones no han sido impedimento para que decenas de personas hayan decidido emprender el famoso trayecto, llenando de esta forma la gran mayoría de posadas de la zona. Los propios peregrinos se rinden ante la belleza de la opción del Baixo Miño, unos de los muchos que estos días se encuentran viajando y con los que este diario ha podido charlar afirman que “es una experiencia que todo el mundo debería vivir, ya hemos hecho el Camino de Santiago en otras ocasiones, pero hemos decidimos cambiar y pasar por las proximidades del Río Miño, ya que nuna lo habíamos visto. Es un lugar impresionante y volveremos en otra ocasión aunque en un viaje menos agotador.”

Por otra parte, de todas las rutas del Camino, la que recorre la región oeste de la Península es la que más se ha visto perjudicada por la pandemia, pasando de ser la que más creció en 2019, llegando a ser la tercera con mayor tránsito, a posicionarse como la sexta. A pesar de esto, la afluencia de peregrinos ha ido paulatinamente en aumento desde el inicio del verano. Según datos de la Oficina Municipal de Turismo de Tui, en el mes de julio recibieron en torno a 2.000 por peregrinos, número que aumentó en el mes de agosto debido al buen tiempo y a la mejora de la situación epidemiológica, dejando cifras próximas a la actividad del año 2019.

Ivana García, gerente del albergue Estela do Mar de Baiona, explica que está aumentado notablemente la afluencia de peregrinos nacionales procedentes del recorrido que pasa por el Baixo Miño, ya que “antes el 70% de los que venían eran extranjeros, desde el año pasado la balanza se ha equilibrado.” “Nuestro problema principal está siendo el aforo, solo tenemos veinte camas y estamos al 30%. Baiona es uno de los destinos más populares en los que los peregrinos suelen querer quedarse a descansar tras pasar unos días en A Guarda, O Rosal y Oia, por lo que estamos teniendo mucha demanda. Hemos llegado a un punto en el que tenemos que rechazar a algún viajero. Nos gustaría acoger a más, pero la situación es la que es” explica resignada Ivana. Del mismo modo, desde el albergue público de Vigo Juan Manuel López-Chaves también comentan este fenómeno además de destacar los problemas con el aforo, ya que “de estar trabajando al 100% mucha más gente se animaría a quedarse aquí”. Por otra parte, explican el motivo por el que la mayoría de peregrinos eligen este Camino, que no es otro que el de la variedad. “La mayoría no es la primera vez que lo hacen, vuelven porque es Año Xacobeo y prefieren cambiar de ruta. El Camino Portugués, no es la travesía más popular, pero suele gustarle a todo el mundo. El Baixo Miño es un territorio que no deja indiferente a nadie” afirman.