Treinta años después, la planta de Sogama renace en Guixar

La obra de adecuación para sus nuevos servicios finalizará en dos meses y permitirá gestionar el contenedor marrón de residuos orgánicos a partir de junio de este año

La planta de Sogama en Guixar, con un aspecto muy distinto.
La planta de Sogama en Guixar, con un aspecto muy distinto.

La empresa Sogama se encuentra ultimando la renovación de la planta de transferencia de Guixar, que según fuentes de la compañía pública, estarán concluidas a finales del próximo mes de mayo. La actuación supuso una inversión de 1,4 millones de euros en una obra adjudicada a la firma Civis Global.

Las condiciones meteorológicas adversas de carácter intermitente han ralentizado el ritmo de trabajo, pero, salvo incidencias, la empresa confía en que, en junio, la instalación esté ya reformada, y la tolva para el trasvase de la fracción orgánica, funcionando. A partir de ese momento, es decir en un plazo de dos o tres meses máximo, Vigo comenzará a gestionar de forma eficiente el contenedor marrón de residuos, cumpliendo las exigencias de las legislaciones española y comunitaria. Para Vigo supone una curiosa coincidencia: justo 30 años después de la puesta en marcha de la “empacadora”, como se denominaba a la planta en 1995, culmina su primera gran reforma con la ampliación de sus servicios.

En concreto, la actuación desarrollada ha consistido en la construcción de una tolva para la transferencia de los llamados biorresiduos así como el relevo de la envolvente del conjunto, que todavía está por instalar. La obra incluyó cambiar todas las chapas exteriores del cerramiento de la nave con el fin de aumentar el nivel de aislamiento acústico derivado de la propia actividad de la instalación, con la particularidad de que también se actualizó el diseño para una mejor integración en el entorno, presidido por contenedores de la terminal de Guixar. Una vez renovadas, las instalaciones de Guixar contarán con capacidad para trasvasar 10.480 toneladas anuales de materia orgánica recogida de forma diferenciada en la ciudad mediante el contenedor marrón para ser transportada posteriormente a la planta de biorresiduos más próxima, donde recibirá tratamiento.

En la esencial, todo sigue igual como en 1995, cuando el ayuntamiento de Vigo cerró su vertedero del Zondal para adherirse al Plan Sogama, como la mayoría de ayuntamientos gallegos: la basura llega a Guixar, donde se comprime en una tolva específica para su traslado por tren a Cerceda. Otra tolva se ocupa del depósito amarillo de plásticos, bricks y envases para reciclar, y la tercera será la que gestione restos de comidas y otros. Solo los ayuntamientos de la comarca de Barbanza y la ciudad de A Coruña cuentan con su propio plan de gestión de residuos urbanos, si bien a menudo piden ayuda a Sogama.

Completada la red pública de compostaje

Según destaca Sogama, con la puesta en marcha de esta tolva específica en Guixar se completará la red pública de infraestructuras de compostaje, diseñada por la Xunta y ejecutada por la compañía para ayudar a los ayuntamientos, que son los que tienen las competencias en materia de residuos, a cumplir la legislación vigente.

"La red está conformada por 17 instalaciones: 4 plantas de tratamiento de biorresiduos (Cervo, en Lugo; Cerceda, en A Coruña; Verín, en Ourense; y Vilanova, en Pontevedra) y 13 plantas de transferencia de apoyo (6 de nueva construcción (A Lama y Arbo, en la provincia de Pontevedra; Riotorto, en la de Lugo; y Ponteceso, Cee y Curtis, en la provincia de A Coruña) y 7 sometidas a remodelación (Silleda, O Porriño y Vigo, en la provincia de Pontevedra; San Cibrao das Viñas y A Rúa, en la de Ourense; Lugo; y Narón, en la provincia de A coruña), siendo su objetivo propiciar que la práctica totalidad de los 295 ayuntamientos adheridos a Sogama dispongan de una planta de biorresiduos o de transferencia a menos de 50 kilómetros.

O Zondal, listo para ser un parque

La puesta en marcha de la planta de Sogama, en 1995, con una campaña brutal en contra en la que alertaba sobre olores, ratas y gaviotas que provocaron incluso la creación de un grupo que se presentó a las elecciones, Sí Teis, permitió el cierre del vertedero del Zondal, que amenazaba con venirse abajo. Desde entonces se encuentra vallado y cerrado, pero por poco tiempo. El nuevo Plan General permitirá, al cumplirse ya los 30 años de cierre y el fin de la vigilancia de los gases, la posible utilización como zona verde pública del espacio, un mirador espectacular ante la Ría en las inmediaciones del Alba. Antes debe recibir vía libre de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental. Con el Plan General aprobado, probablemente en un pleno en abril, el Concello tendrá vía libre para que el antiguo basurero comience a utilizarse como un parque. Debajo, cientos de miles de toneladas de basura.

Desde 1995, en Vigo no hay residuos, que pasan por Guixar antes de cargar en tren hacia Cerceda, donde se procesan. A partir de ahora, también el contenido del contenedor marrón, al que irán restos vegetales de cocina, pieles y huesos de fruta, así como restos de carne, pescado y marisco, crudos o cocinados y alimentos estropeados.

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