El tráfico de Ría aumenta y supera este año el millón de viajeros

El transporte de Ría ha conseguido salir del enorme bache en que se metió durante la pandemia, que volvió a poner en cuestión su propia existencia, y recuperar al fin las cifras anteriores a febrero de 2020. Según anota la Autoridad Portuaria, hasta el pasado 1 de septiembre fueron casi un millón los clientes del servicio marítimo, incluyendo tanto las líneas regulares como las estacionales. Destaca precisamente agosto, el mejor de este siglo en cuanto a usuarios en la suma de transporte al Morrazo y Cíes. El servicio de Vigo con Moaña está ya en cifras superiores a 2019 en su evolución anual (acumulaba 165.654 pasajeros, más que en 2019), mientras que la línea con Cangas todavía se encuentra algo por detrás del inicio de la pandemia, pero con expectativas reales de acabar el ejercicio en torno al millón de pasajeros. Hasta agosto llevaba 610.000 usuarios registrados, con un número creciente de viajeros.

El ferry entre Vigo y O Morrazo ha demostrado una gran resiliencia y conseguido aguantar todo: el covid y la competencia de la autopista/autovía, gratis para los recorridos entre las dos orillas y con un tiempo de viaje competitivo. Hace unos pocos años, con la estadística en picado, parecía que ya no daba más de sí y que estaba abocado a su desaparición, pero ha vuelto a resucitar en su calidad de servicio de pasajeros, más allá de que en verano también tenga una clara connotación turística incluso en los viajes entre las dos orillas de la Ría de Vigo. Es un servicio marítimo singular en Galicia y poco habitual en toda España, que a finales de la década de los setenta del pasado siglo llegó a superar con facilidad los tres millones de pasajeros al año e incluso más: todavía no estaba abierto el puente de Rande, que lo cambió todo. Pero que funcione todavía con plenas garantías y eficiencia no es casualidad.

La mayor parte de la explicación del éxito alcanzado se encuentra en la tarjeta metropolitana (que en el caso del Morrazo incluye los autobuses desde Cangas y Moaña hasta distintos puntos de sus municipios, como Aldán), que permite realizar el viaje a un precio muy reducido, ahora menor tras los últimos descuentos incluidos por la Xunta que permiten combinar el autocar y el barco. Había peligro de que por efecto de la autopista y la pandemia de nuevo el tráfico de Ría volviera a decaer, como pasó a finales del siglo XX y principios del XXI, pero la amenaza parece superada. Las expectativas son buenas y las navieras mantienen sus viajes sin cambios.

La tarjeta metropolitana, que funciona desde mediados de 2015 para rebajar el billete entre las dos orillas de la Ría de Vigo, continúa siendo la mejor garantía del mantenimiento. Como es conocido, la Xunta paga en torno al 75 por ciento y el resto lo aportan los ayuntamientos de Cangas y Moaña. Vigo no participa al haberse dado de baja al no integrar el transporte de viajeros en autobús. Es un éxito entre Vigo y O Morrazo: Cangas cuenta con un total de 17.659 usuarios y otros 2.950 con la Xente Nova. Moaña añade 8.475 con la metropolitana y otros 2.025 para jóvenes. Pero Vigo se lleva la palma: pese a que el Concello no participa, hay 32.132 vigueses que disponen de la metropolitana y 4.441 con la juvenil. En total, entre los tres ayuntamientos son más de 56.000 personas, que acumulan cientos de miles de viajes al año, según destacan en la Consellería de Infraestructuras, donde han constatado que el interés por conseguir la tarjeta no ha decaído en ninguno de los municipios más directamente vinculados. Existe también en Redondela, Porriño y otros del área, pero no con las cifras de Vigo, Moaña y Cangas por el transporte de Ría.

De rozar la extinción a su recuperación

La evolución ha sido muy rápida en los últimos años. En 2015 se tocó fondo y apenas 685.078 viajeros utilizaron el barco para cruzar la Ría de Vigo. Al año siguiente, ya con la implantación plena de la tarjeta metropolitana se produjo el gran salto, con algo más de un millón de usuarios. En 2017, nuevo crecimiento, hasta 1,21 millones y en 2018 eran 1,26. La cifra más alta se dio en 2019, con 1,23 millones de viajeros en las líneas regulares, sin incluir los viajes a las Cíes, que aportan unos 300.000 billetes más. En 2020, con la pandemia, el transporte quedó muy tocado por el confinamiento y la reducción de servicios, cerrando ese primer año del covid con 685.904 pasajeros, prácticamente igual que en 2015. En 2021, todavía con la pandemia encima, pero sin confinamiento, hubo una recuperación importante al subir un 20 por ciento hasta los 832.362, todavía un 35 por ciento por debajo de los valores normales.