Un toque japonés con esencia gallega
La Fundación Sales muestras sus ejemplares orientales, exóticos en los años 70, totalmente integrados en la Galicia actual
“Francisco Sales tenía mucha influencia nipona y en los jardines de su casa (hoy la Fudación Sales), introdujo especies y rincones japonesa”, explica Patricia Vázquez, bióloga de la Fundación, que descubrirá estos secretos en una visita guiada por el jardín botánico en la Avenida Europa. Lo hará dentro de las jornadas sobre el paisajismo en Japón que se organizan estos días en colaboración con la Asociación Japonesa Wakei.
De los 1.200 ejemplares, un porcentaje muy alto procede de China y de Japón. Cerezos y arces japoneses, rododendros, camelias, glicinias, aralias y conjuntos de bambú son los ejemplos más representativos. “En los años 70 eran especies exóticas, pero ahora ya están muy extendidas por toda Galicia, en parte por la similitud del clima”, afirma la bióloga, que destaca la sorpresa que provoca estas semejanzas.
En el caso de la Fundación, los elementos arquitectónicos están en equilibrio con el paisaje, la instalación de estanques y el uso de plantas acuáticas. “Como paisajista Francisco Sales presentó y ganó proyectos en ciudades de Japón, tenía un gran vínculo con ese país y lo trasladó a rincones de su propio jardín”.
Las jornadas sobre el jardín japonés, “Naturaleza, arte y paisajismo”, comenzaron ayer en Artes e Oficios con la conferencia sobre “Shõgun no niwa: jardín, arte y poder samurai en el Japón antiguo”, a cargo de Teresa Pérez y Joaquín Rodero. Presentaron las fotografías que hicieron en más de 30 templos de Kyoto durante su última estancia a finales de octubre.
“Existe una conexión entre Japón y Galicia a nivel botánico que responde a una coincidencia en el clima y en la orografía”, apunta Roderos, que señala elementos tan característicos de los jardines de los samurais, como el musgo, una especie habitual en los bosques. “En España apenas hay dos jardines japoneses, uno en Pamplona, el parque de Yamaguchi, que conmemora la hermandad con la ciudad nipona del mismo nombre, y la segunda, en la comarca malagueña de la Axarquía”. En la misma zona, con un microclima templado, en la localidad de Alfarnate, se proyecta el que sería el tercer jardín nipón en España. Explicó que por sus condiciones allí se cultivan desde hace 40 años los cerezos japoneses, donde la embajada nipona celebró el Sakura, la fiesta de la floración.
Hoy, a las 18.30 horas, también en Artes e Oficios, Carla Amorim hablará del jardín residencial que montó en su domicilio. “Está muy bien compartimentado y diseñado siguiendo la estética japonesa, aunque de tamaño reducido, muy lejos de las dimensiones imperiales de los grandes señores feudales, grandes promotores de estos espacios verdes”, puntualizó Rodero.
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