Un termómetro ‘antimaltrato’ para detectar la violencia
La unidad especializada de la Policía, UFAM, que cumple 15 años, enseñó en Vigo cómo identificar los niveles de alarma
Sus herramientas de trabajo no son tan espectaculares como las de otras unidades de la Policía Nacional. No utilizan caballos, ni perros, ni vehículos, drones o robots pero su presencia, a pesar de todo, dejó huella en Vigo durante el último despliegue del cuerpo con motivo de la celebración de la festividad de su patrón.
Era la primera vez que la Policía Judicial dejaba un hueco en la exposición de medios a la UFAM (Unidad de Familia y Menor), especializada en la investigación y protección de víctimas de violencia de género, doméstica y sexual, al cumplir sus 15 años de historia. No fue un lugar de denuncia pero sí se convirtió en una zona de seguridad y de detección gracias a una de las herramientas que desde hace un par de años utilizan los agentes de esta unidad para que las mujeres sean capaces de identificar los indicios de riesgo en una relación.
Se trata del ‘violentómetro’, creado por la experta en violencia de género Marina Marroquí, y que se ha convertido en un elemento esencial de prevención utilizado por diversos colectivos, difundido en redes sociales, y también por la Policía.
“Fueron muchas las personas que se pararon para verlo y consultar”, explicaban miembros de la unidad central llegados a Vigo. “Hubo jóvenes que señalaban los celos como el problema en su relación”, añadían. La representación de este termómetro de Marroquí coloca el nivel de los celos en una especie de febrícula en la que se aconseja “pedir ayuda”. Visibilizar el trabajo que se realiza para frenar la violencia machista convirtió la presencia de la UFAM en una de las joyas ocultas del desembarco policial.
“Nosotros coordinamos a las unidades territoriales que son las que trabajan directamente con las víctimas”, señalaba una de las responsables de este grupo en el que actualmente “hay paridad”. Es cierto, indicaba, “que a la hora de tratar con mujeres que han sufrido situaciones muy graves y delicadas, siempre les es más sencillo abrirse con personas de su mismo sexo, pero los hombres que trabajan en esta unidad están muy formados y preparados".
Esta unidad de la Policía, solo en Vigo, atiende a más de un millar de mujeres anualmente, a los que hay que sumar los menores víctimas. “No solo nos dedicamos a detener sino a proteger y apoyar a las víctimas, que sepan que no deben tener miedo a denunciar", añadían.
Pero todavía hay miedo. Ese temor se plasma en las estadísticas. En la ciudad, el porcentaje de mujeres que se atreve en solitario a interponer una denuncia sin que haya intervención policial o médica es mínima. La mayoría de causas abiertas en los juzgados siguen siendo por atestados, y todavía son escasas las denuncias que llegan desde el entorno. En ese aspecto también incidía la Policía: “Es necesario que si algún familiar, amigo o vecino percibe estas señales sea consciente de que puede haber violencia de género o doméstica y que puede denunciarlo, y en todas las consultas que se nos han hecho hemos incidido en ello”.
El termómetro de Marina Marroquí comienza con las bromas hirientes, sigue con los engaños y mentiras y va aumentando el nivel de intensidad de indicios que hacen saltar la alarma. Te ignora, es celoso, te culpa, te ridiculiza o te insulta. De buscar ayuda en esas circunstancias se pasa a ‘riesgo alto’ cuando te intenta aislar, te controla las amistades o la ropa y el móvil, te humilla en público, te intimida, destruye cosas tuyas, se mete en tus redes sociales o controla las horas en que usas el WhatsApp. Si pasa a golpearte jugando, te pellizca, te fuerza a mantener relaciones sexuales, te empuja y zarandea, te golpea o amenaza con suicidarse, hay que alejarse porque la vida corre peligro. De esa forma se evitará alcanzar los 41 grados, donde se sitúa el peor de los finales: el asesinato.
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