Talento vigués al ballet profesional

El Ballet Clásico Internacional hará escala en el teatro García Barbón el próximo sábado para representar una única función de “El Cascanueces”. Una vez más contarán con niños vigueses para cubrir los extras del Conservatorio Coppelia y de la escuela de Inés Núñez, a través de la intermediación de su productora en Vigo, Tatiana Solovieva, que les pide el perfil que necesitan.

“A los niños le hace muchísima ilusión, poder compartir escenario con profesionales y bailar en una función en un gran escenario”, afirman desde Coppelia, que ya es la cuarta experiencia de este tipo, la primera en 2008 y la última, el año pasado, ensayando aún con mascarilla. En esta representación aportarán seis ratoncitos y ocho participantes en la escena de la fiesta. Rubén Ventosa, su profesor, trabaja desde hace semanas para preparar a las trece niñas y un niño que formarán parte por un día de la compañía. “Dominar la parte técnica es el 50% del proceso, la otra mitad es gestionar las emociones y los nervios, saber comportarse en una representación profesional”, asegura el docente, quien considera que esta es una experiencia muy enriquecedora para sus alumnos “para la mayoría será la primera toma de contacto con un escenario en condiciones”.

Las dos horas de clase semanales se refuerzan para la ocasión con una hora más los sábados. Al hacer una intervención en grupo, trabajan principalmente la coordinación y el baile en conjunto. En esta ocasión son los debutantes son más jóvenes, con 9 años, por lo que el reto es mayor. “También es nuevo para las familias, pero lo viven con mucha ilusión y ganas de ver sus niños”.

El día señalado llegarán dos horas antes de la función para el ensayo general. Aunque apenas tendrán contacto con los primeros bailarines, compartirán una parte de los vestuarios, donde se vestirán los trajes que les facilita la propia compañía.

Dani y Alba son las veteranas del grupo y ya disfrutaron de la sensación de formar parte de una gran producción. Con 9 años, Dani formó parte del grupo de Angelitos el año pasado. Fue una experiencia bonita y asegura que fácil. Desde los tres años va a ballet y sueña con seguir bailando de mayor. Alba está más nerviosa, porque el año pasado tuvo que conformarse con ver el espectáculo desde las bambalinas como suplente. Lleva cinco años en ballet y le gustaría convertirse en una profesional. Con sus compañeras repiten los pasos, guiados por su profesor, porque ya comenzó la cuenta atrás.