El subdelegado deja el cargo aliviado del fin de los Morones

nnn El subdelegado del Gobierno en Pontevedra, el vigués Antonio Coello Bufill, inició una ronda de entrevistas con autoridades para despedirse, ya que está previsto que su cese en el cargo una vez que alcance la edad de jubilación el próximo día 25 de noviembre, cuando cumplirá 70 años. Su marcha abre la posibilidad de que haya cambios en otras instancias. Según aseguró ayer, la próxima semana se despedirá también en Vigo, donde tiene su residencia, que mantuvo durante los cerca de cinco años que estuvo en Pontevedra. Es el primer caso de que un subdelegado (antes gobernadores civiles, aunque con más competencias) que no hace uso de la vivienda.

En su gira pontevedresa Coello acudió a la Audiencia para saludar a su presidente, Francisco Javier Menéndez, y a la subdelegación de Defensa, en donde habló con el coronel Ángel de Miguel Campos. Tras esto, visitó los despachos del alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, y a la presidenta de la Diputación, la también viguesa Carmela Silva.

El subdelegado repasó con los periodistas su trayectoria desde que ocupó este cargo en febrero del año 2012, señalando como un hecho destacado la operación que permitió acabar con la inseguridad social causada por el clan de los Morones y la inseguridad sobre los mercadillos del área de Vigo.

"Fue una gran satisfacción", resaltó Antonio Coello, inspector de trabajo de formación y exconcejal vigués de Tráfico, que aseguró que "esa extorsión estaba causando muchos estragos en la vida social" de la provincia. En esta acción colocó en primer lugar a las fuerzas de seguridad y la investigación realizada. Por el contrario, en la parte negativa se ha referido a la desaparición en 2010 de la pontevedresa Sonia Iglesias, todavía sin resolver. "Aunque ya venía de atrás", el subdelegado del Gobierno ha destacado que "se intentó con todos los medios" buscar alguna pista que pudiera dar con su paradero pero ha lamentado que a día de hoy "el caso no está resuelto". Antonio Coello Bufill, que así le llamó Lores, insistió en que la ciudad de Pontevedra se ha ganado ya "una parte" de su corazón. El alcalde pontevedrés destacó el buen tono de colaboración "como debe ser entre instituciones". n