Los vigueses honran ya a sus difuntos, este año con flores más caras
Cientos de ciudadanos aprovecharon la jornada de ayer para acudir a los cementerios a recordar a sus seres queridos
“Le rogué a San Judas Tadeo para que no lloviese y dejó de hacerlo en la tarde de ayer. Estamos súper protegidos por él”. María Montserrat Troncoso lleva 14 años acudiendo con su puesto de velas al cementerio vigués de Pereiró, que este pasado fin de semana comenzaba a recibir las primeras visitas con motivo del Día de Todos los Santos, que se celebra mañana, 1 de noviembre.
El patrón de las cosas imposibles debió interceder, porque al intenso temporal de la madrugada del sábado le siguió una tarde despejada y un domingo de sol. Esto animó a muchas personas a acudir a los camposantos, algunas con escalera y cubo para limpiar en mano, por varios motivos: para quedar libre de esta obligación y poder disfrutar del puente; para poder repartirse estos días entre los distintos cementerios donde están sus seres queridos -Vigo es una ciudad de aluvión y muchos vecinos cuentan con familiares enterrados en parroquias de otros concellos-, y también por costumbre. “Vengo todo el año, todos los sábados y en fechas señaladas, como un santo o un cumpleaños”, afirmaba Alicia, una señora mayor que en esta ocasión visitaba Pereiró acompañada por dos de sus sobrinas.
A la entrada del cementerio más emblemático de Vigo, el puesto de María Montserrat Troncoso comparte espacio con otros dos puntos de venta más. “Antes había dos calles llenas, una para flores y otra para velas. La gente se fue jubilando o dejó de venir y nadie volvió a solicitar la concesión. Soy la única que vende flores desde la pandemia”, explicaba Loreto Figueroa.
Esta florista lleva 13 años acudiendo a esta cita. En esta ocasión, ha tenido que esmerarse aún más en la decoración de los centros, para que luzcan igual de bellos, pero con menos flores, porque la crisis ha llegado también a este sector.
El alza de los precios de la electricidad y los combustibles motivó el cese de la actividad de muchos productores de flor de Holanda, el principal proveedor, por lo que ahora las floristerías viguesas se están abasteciendo, con un producto más caro, en los mercados de Ecuador y Colombia, además de Tailandia, de donde llegan las tradicionales orquídeas.
El precio de esta materia prima, en general, se ha encarecido un 30%, según señalaba ayer otra florista viguesa, Mercedes Calvo, de Merchy Floristas, quien fue durante años presidenta de la Asociación de Floristas de Galicia (Asfloga), hoy desaparecida, y que en la actualidad es vicepresidenta del Club Floristas Interflora. “Del clavel local no podemos depender, porque el clima húmedo que tenemos no puede asegurar su calidad”, añadía.
La cotización del crisantemo está entre los 3,50 euros y los 4 euros, mientras que la docena de claveles alcazaba los 14 euros. Para evitar repercutir esta subida, se está optando por elaborar ramos y centros más pequeños, pero más asequibles, a precios a partir de los 10 o 15 euros, y de ahí en adelante, según el bolsillo del comprador. En general, se aprecia una subida de 5 euros con respecto al año anterior.
La fuerza de la tradición hace que los clientes sigan acudiendo a estos puestos, donde el ritmo de venta “es bueno”, en palabras de Loreto Figueroa.
La crisis también ha afectado a las velas, con una subida igual del 30%. María Montserrat Troncoso optó por cambiar de marca con el fin de mantener los precios: velas pequeñas de 0,50 euros y 1 euro, velones a 3 euros y velas electrónicas, que duran 365 días, a 6 euros. Otro producto muy demandado, sobre todo entre los niños y niñas, son las “mariposas”, las mechas que se ponen en vasos de aceite. Además, y para diversificar el mercado, Troncoso ofrece calendarios y estampitas de San Judas Tadeo de Ribadetea y de Santa Marta de Ribarteme.
Lo mismo han hecho en el otro puesto de velas, regentado por los hermanos Marcos y Antonio Martínez, que además venden rosquillas ante la ausencia del puesto que antaño vendía este dulce.
El Concello de Vigo ha ampliado los horarios de visita de los cementerios municipales, que estarán abiertos de 9.00h a 18.30h, hasta el 2 de noviembre. En Pereiró, además, hay un dispositivo de Cruz Roja, por si se produce alguna indisposición.
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