Sandra Parente: "La imagen de Augusto está idealizada, se transmitió la imagen de emperador perfecto"
La arqueóloga e historiadora presenta su novela "Las máscaras de Julia"
Sandra Parente, arqueóloga e historiadora, acaba de publicar su segunda novela, "Las máscaras de Julia" (Desperta Ferro ediciones). Lleva 20 años viviendo aquí en Vigo, aunque nació en Toulouse, en Francia, donde vivió hasta los 18 años. El 18 de diciembre, tras llevar la novela al Certamen internacional de novela histórica de Úbeda o en Madrid, presentará su obra en la librería Vigo de Papel (calle Aguia).
La novela es del género histórico, ambientada en época romana, y trata sobre la hija y la nieta del emperador Augusto. Su caída en el año 2 a. C. plantea numerosas incógnitas. Fue acusada de adulterio y desterrada a la isla de Pandataria sin juicio. Sus supuestos amantes también fueron sancionados sin ningún proceso legal. Entre estos el hijo de Marco Antonio –gran enemigo de Augusto vencido en Actio–, fue incluso conminado a suicidarse. Todo ello en contradicción con las leyes que el propio Augusto había promulgado. La severidad de las penas, la ausencia de juicio y la coincidencia con la purga de una facción política sugiere, para muchos historiadores, que el escándalo fue una herramienta para eliminar una posible conspiración. Ya algunos autores clásicos supusieron que tras la acusación de adulterio a Julia la Mayor podía haber algo más.
¿Por qué esas dos mujeres y esa época concreta de Roma, en el inicio de Imperio?
Porque me gusta mucho ese período el siglo I, es una cuestión de atracción personal, y porque cuando escribí la primera novela me encontré con estos dos personajes de forma tangencial y me pareció que había una historia muy interesante. Se las conoce por su condena por adulterio, pero la investigación histórica más reciente parece que va hacia otra dirección.
¿Y usted qué plantea en la novela?
Me la planteo partiendo de que hay teorías que consideran que tras la condena de ambas Julia hay conjuras contra Augusto.
Lo cierto es que las dos acabaron desterradas a islas.
Las dos en islas diferentes. Julia la Mayor luego consiguió llegar al continente tras cinco años en la isla.
¿Augusto fue un tirano cruel, un emperador bondadoso o no se enteraba, como aparece en la novela “Yo Claudio”?
No creo que no se enterara, creo que era al contrario. La imagen de Augusto está idealizada, era un régimen autocrático, pero se transmitió la imagen de perfecto emperador clemente, fruto de la propaganda augustea. Era una persona inteligente que disfrazó el cambio de régimen y consiguió poner al Senado de su parte. Había proclamado que volvía a restaurar la república y no fue así.
Fascina el mundo romano ¿por qué?
En mi caso, desde niña me atrajo la historia antigua. Hoy en día creo que la gente tiene un imaginario de Roma que no siempre es real, hay muchos tópicos e imágenes creadas sobre Roma que no son las más ajustadas a la realidad.
¿En su novela a qué conclusiones llega?
Intentar romper esa idea que tiene la gente en general que fueron adúlteras y no hay nada más detrás. Lo más sencillo cuando querías atacar a una mujer era atacar su virtud, esa es la imagen de la propaganda augustea. Me parece algo interesante llevar este tema a algo más ameno como es la novela histórica.
A la novela histórica a menudo se la acusa de añadir del autor.
Es ficción y hay que rellenar huecos. En mi caso, quise ser verosímil porque soy arqueóloga e historiadora, pero también hay que entretener.
Ya que vive en Vigo y es arqueóloga, ¿qué hay del Vigo romano? ¿Queda algo por descubrir?
Nos queda por saber cómo se llamaba la ciudad, Vicus, Burbida, no lo sabemos. Sí sabemos que tenía un papel importante con salinas, salazones, es muy interesante el Vigo romano.
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