Samuel Castro, la fusión del artista, el artesano y el inventor

vigo

Su primera exposición individual, "Sistemas dinámicos", se muestra en la Fundación Laxeiro hasta el 22 de este mes

ana baena. vigo abaena@atlantico.net

Publicado: 10 ene 2017 - 10:08 Actualizado: 11 ene 2017 - 09:48

Samuel Castro muestra en su exposición “Sistemas dinámicos” las distintas líneas de investigación que sigue en su proceso creativo. Se dirige a un público experto, pero también que su obra sirva como herramienta para adentrarse en el Arte C
Samuel Castro muestra en su exposición “Sistemas dinámicos” las distintas líneas de investigación que sigue en su proceso creativo. Se dirige a un público experto, pero también que su obra sirva como herramienta para adentrarse en el Arte C

n n n Arte como investigación, como experimento constante de las posibilidades de creación y expresión es la idea que queda tras una visita a "Sistemas dinámicos", la muestra temporal que acoge la Fundación Laxeiro, en la tercera planta de la Casa das Artes. Su autor, Samuel Castro (Coruña, 1981) es un artista emergente, formado en la facultad de Belas Artes de Pontevedra.

El punto de partida de la propuesta es su trabajo de fin de carrera, "Proxecto no tempo. Formas biorreceptivas", donde a lo largo de cuatro años estudió la "colonización" de las edificaciones por parte de elementos vegetales. "Antes se luchaba contra estas intrusiones, pero ahora se ha demostrado que no es algo tan negativo para las construcciones", afirma Samuel, para quien es necesario que el arquitecto establezca previamente la relación que quiere que su obra tenga con estos componentes vegetales: musgo, o incluso pequeñas hierbas.

Desde el prisma de un escultor, analizó cómo la forma de la grieta condiciona la estructura emergente. Con todos los datos recogidos sobre la inclinación de la superficie, la orientación de la construcción o el entorno que la rodea, reconstruyó a escala una ciudad típica gallega, con aportaciones de calles de Coruña, Vigo, Ourense o Ferrol. Parte de esta maqueta, la correspondiente con la rúa herculina San Andrés, cuelga del techo de la Fundación Laxeiro, donde la naturaleza invade tímidamente la urbe. Sigue la misma filosofía que los jardines verticales, pero en este caso, surgen espontáneamente, sin acción humana.

"Me interesa el paisaje; huyo de la representación humana, supongo que como un acto de rebeldía ante el concepto burgués del arte", apunta Samuel ante sus parajes urbanos.

Esta acción se completa con un tronco, mitad mueble de diseño, mitad corteza invadida por el musgo y los mosquitos. "Trabajo con los efectos que causa el paso del tiempo; son experimentos", dice.

Un cubo de hilo de cobre elevado a la categoría de escultura en una peana sirve de puente entre las dos vertientes de la exposición. Los elementos vivos quedan a un lado para centrarse en las fuerzas de la Naturaleza: el viento, el agua... provocados por pequeñas instalaciones mecánicas tratadas de forma artesanal, surgidas en una contradicción de forma: Un gong tibetano tecnológico, un gotero-regadera, un papel que se arruga solo o un pañuelo que vuela pero se mantiene estático.n

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