Rodrigo Cortés y Tomás Hijo: "De vez en cuando nos aparece esa fantasía de intentar hacer algo animado"

Cortés es director de cine y escritor; Hijo es ilustrador

Rodrigo Cortés y Tomás Hijo: "De vez en cuando aparece la fantasía de intentar hacer algo animado"

Rodrigo Cortés, escritor y director de cine, con grandes éxitos como “Enterrado” (2010) o “Luces Rojas” (2012) presenta su nuevo libro “La piedra blanda”. Esta obra fue ilustrada por Tomás Hijo, conocido por ser el co-creador del Tarot del Toro, en colaboración con el cineasta Guillermo del Toro. Ambos visitaron el set de Atlántico TV para hablar de la historia protagonizada por Pedro de Poco.

¿Cuál es la inspiración detrás de esta historia?

Rodrigo Cortés (R.C): Es difícil contestar porque no es una inspiración precisa. No piensas en alguien, ni en algo, ni siquiera en ti mismo. Sino que imaginas, dejas que el cerebro genere algo, aceptas las imágenes o las ideas, por irracional que parezca ser su origen, y empiezas a modelarlas. Sobre todo porque no tratas de representar nada, no tratas de convertirlo en una metáfora de nada ni de nadie, sino de que tenga su propia vida, que respire por sí mismo.

Esta colaboración surge de una quedada que tuvieron en un café de Madrid. ¿Cuándo quedaron ya sabían que era para iniciar este proyecto?

Tomás Hijo (T.H): Esa quedada ya fue la materialización de una idea que habíamos tenido antes. El proyecto nace de un montón de encuentros en Salamanca, donde nos vemos muchas veces, en los que ya habíamos decidido que queríamos hacer algo juntos, simplemente por materializar de alguna forma una serie de lecturas en común, de conversaciones que hemos tenido.

“La piedra blanda” es una historia circular. ¿Esta estructura tiene un motivo detrás?

R.C: Tal vez sí, pero ignoro cuál es porque me doy esa libertad cuando trabajo. Es verdad que tiendo a hacerlo a veces, estructuralmente, tal vez porque esa es mi percepción de la vida, a cierta circularidad, a que las cosas se cierren sobre sí mismas. Es ese famoso arco que se supone que los personajes tienen que trazar para aprender cosas en el camino y convertirse en otras personas idealmente mejores. No es lo que veo generalmente en torno a mí y no es como entiendo de forma natural la narración por alguna razón.

¿Qué representa la figura de la ardilla en esta historia?

R.C: La ardilla representa la irreversibilidad de los destinos humanos y la encina representa que nada es irreversible y muchísimo menos los destinos humanos (bromea). No sé lo que representa la ardilla. Creo que es la famosa ardilla, que salta de encina en encina sin pisar el suelo y que es capaz de cruzar la península. Lo que la hace es saltar es ir de queja en queja sin tocar el suelo, en ningún instante.

T.H: No hay una lectura oculta de símbolos que si se descifran de forma correcta alumbran un nuevo significado para lo que se ha contado ahí, sino que yo creo que es un libro hecho un poco de vacíos. Está ese vacío que hay en las páginas y también hay el vacío de explicaciones, el vacío de una moraleja, aunque el libro, por determinadas cosas, parece que en algún momento la vaya a tener.

Pedro es un personaje prácticamente inexpresivo. No llora, no sonríe. ¿Por qué decidieron crear un personaje así?

R.C: No lo sé. Cuando uno escribe va engarzando ideas y se va encontrando con autosorpresas de alguna manera. Supongo que todo parte de ese segundo nacimiento de Pedro. Tal vez de ahí surge esa idea de exacerbar ese deseo de no hacerse notar. Resulta una idea interesante creativamente.

T.H: Además, acarrea problemas. Dibujar un personaje totalmente inexpresivo es muy difícil, sobre todo cuando llevas toda tu vida entrenándote para que tus personajes tengan la mayor capacidad para transmitir emociones y para transmitir ideas. Como ilustrador uno está constantemente buscando recursos y la forma de que el rostro y el cuerpo de un personaje cuente la mayor cantidad de cosas posibles. En este caso fue un desafío porque de lo que se trataba era que no contara nada.

¿Por qué se decantaron por la técnica de los grabados? No es precisamente fácil de ejecutar…

R.C: Es la técnica principal de Tomás, en la que ha desarrollado su maestría y desde el principio todo partió de esa voluntad de colaboración, sabiendo que además se iba a explotar, si quieres decirlo así, esa pericia, porque es un estilo prácticamente medieval.

T.H: Además, yo trabajo habitualmente con esta técnica y el hecho de que colaboráramos también hizo que Rodrigo pensara desde el principio de la historia en que tuviera un buen maridaje con la técnica. Yo creo que hay cosas que funcionan bien en ese encaje, por ejemplo, lo esencial de la historia, de las cosas que trata, de los conceptos que maneja, de la forma casi en la que está escrita...

La maquetación del libro es muy curiosa porque cada grabado tiene su propia página. ¿Por qué eligieron ese diseño?

R.C: Es una decisión, hacer navegar la mirada, y es una decisión que tuvimos a mitad de camino, cuando empezamos a ver las estampaciones. Cuando empezamos a ver cada uno de estos grabados, con esa fuerza tan primordial tan primigenia, decidimos que cada uno de ellos ocuparía una sola hoja para que el libro se convirtiera en un museo lleno de salas.

Usted, Rodrigo, nació en Ourense. ¿Hay algo del paisaje gallego en esta obra?

R.C: No de forma directa, pero siempre he sentido que Galicia se ha colado mucho a través de la pluma. Cuando Tomás desarrolló muchas ilustraciones, él en el fondo las situaba en su zona, que es Salamanca, que se nutre a su vez de piedra, y se nutre de frío, pero a la vez sin verdaderas identificaciones.

¿Habrá alguna nueva colaboración a futuro?

T.H: Nos vamos permitiendo fantasear en hacer algo a futuro relacionado con la animación. Es algo muy difícil que necesitaría unas circunstancias muy concretas y muy especiales, pero bueno, este libro también era muy improbable y casi imposible cuando lo empezamos a concebir y, sin embargo, ha sucedido. No tenemos nada pensado en concreto, pero sí que de vez en cuando aparece esa fantasía de intentar hacer algo animado, con animación tradicional, más o menos rudimentario, y que tendría algo que ver con el espíritu de “La piedra blanda”.

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