La reducción de la velocidad en el centro frena los accidentes graves
La limitación en gran parte del entorno urbano a 30 kilómetros por hora redujo los heridos por impacto o atropello
Limitar la velocidad a 30 kilómetros por hora en gran parte del casco urbano resultó beneficioso. Así lo demuestran los datos emitidos por el Concello y la DGT, donde en el año 2024 se registraron 763 heridos de diversa índole en las carreteras urbanas viguesas (52 graves) y tres fallecidos. Esto reduce notablemente lo contabilizado en el 2023, un año negro para la conducción en el asfalto vigués, y que se cobró la vida de hasta ocho personas y con cerca de mil incidencias con heridos.
El Reglamento General de Circulación modificó su normativa en 2021: las calles de un solo carril por sentido de circulación en el ámbito urbano deberán limitar la movilidad a 30 kilómetros por hora, cuando anteriormente su techo eran 50 kilómetros por hora. Esto hizo que calles como Avenida das Camelias, Alfonso X o Calle Barcelona (entre muchas otras) viesen reducido su límite de velocidad y, por tanto, de siniestralidad al volante. Así lo apunta Jeanne Pichard, delegada en Galicia de la asociación Stop Accidentes, que reconoce una relación entre rebajar el límite de velocidad en prácticamente todo el centro de Vigo y la gravedad de los accidentes: “Un atropello a 50 kilómetros es mortal, mientras que a 30 está demostrado que se puede salvar la vida”, aseguró Pichard.
La delegada resaltó que se necesitó un pequeño periodo de adaptación desde su entrada en vigor para los conductores, pero que ahora se están recogiendo los frutos de esa “beneficiosa medida” que, no obstante, todavía es ignoraba por una pequeña parte de turismos: “Es una responsabilidad compartida entre conductor y peatón, pero la velocidad es el primer factor de riesgo y celebramos esa reducción".
Limitar la velocidad no significa que los accidentes desaparezcan, aunque la gravedad de ellos será menor. Calles con infraestructuras no adecuadas a la relación conductor-peatón seguirán siendo un punto negro en la seguridad vial de Vigo. Casos como el de Ramón Nieto, limitada a 50 kilómetros por hora y donde “los peatones todavía no cuentan con buenos pasos de cebra” para garantizar su seguridad es la zona donde más atropellos se han registrado en los últimos años, al igual que Urzaiz, Gran Vía o Camelias.
Los más perjudicados e indefensos por el incumplimiento del límite, según Pichard, son los motoristas y ciclistas, aunque para ellos “esa reducción de velocidad en los turismos es la diferencia entre vivir o morir”.
Unir esfuerzos en “peatonalizar lo máximo posible”
Desde Stop Accidentes Galicia han mostrado su satisfacción por conseguir que la cifra de incidentes graves haya bajado en Vigo, pero no se conforman con ello. La próxima línea a seguir es conseguir la “máxima peatonalización posible” y que, en el caso de Vigo, se realice a través de una buena estrategia para el transporte urbano. “Hemos conseguido que los ayuntamientos nos escuchen y se replanteen que una ciudad con la máxima prioridad para el peatón es un entorno seguro”, señaló Pichard. Para ello, aseguran, seguirán trabajando con los municipios y, en el caso de la ciudad viguesa, multiplicar los esfuerzos en más peatonalización y un carril bici más seguro.
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