El recordado hostelero José Carlos Lemos y la “Orde do Coitelo”
Entre los personajes entrañables cuya memoria no se borra de nuestro recuerdo y que de vez en cuando evoco en estas páginas, hacía tiempo que quería hablarles de aquel tan querido amigo, José Carlos Lemos, presidente del gremio de hostelería de Vigo, cuyo ya desaparecido restaurante “Las Bridas” fue algo más que un lugar donde se saboreaba su excelente cocina nacional e internacional, sino un foro de encuentro de políticos, periodistas, intelectuales y todo tipo de personajes interesantes. Natural de Covelo, cuna de grandes profesionales de la restauración, Lemos nos dejó tempranamente, luego de una vida dedicada al trabajo. La propia y personal decoración de aquel céntrico restaurante era una evidencia de buen gusto y originalidad, en el que sobresalían fotos de sus diversas etapas, placas, recuerdos, metopas y otros elementos del reconocimiento de que gozó toda su vida.
Ya en los últimos tiempos, fue uno de los creadores de la “Orde do Coitelo”, una especie de cofradía gastronómica, de la que formábamos parte un extenso grupo de amigos de todas las profesiones y procedencias que, de cuando en vez, celebrábamos capítulo en Covelo, A Cañiza o el castillo de Soutomaior, cuya hostelería también llevaba Lemos, y donde todos los martes de carnaval se celebraba un histórico cocido al que venían gentes de toda Galicia, a disfrutar de la mesa, el humor y la feliz convivencia. Otro de los personajes destacados de aquella orden gastronómica era el popular alcalde de O Porriño, José Manuel Barros, que ejercía como una especie de archimandrita. Las fotos de aquellas comidas todavía asombran hoy por su abundancia y belleza.
En su local de Vigo contaba con una selecta clientela portuguesa, por lo que su carta conservaba platos de aquella etapa, especialmente de origen inglés, que también introdujo en Vigo, sobre todo con determinadas carnes. José Carlos tuvo durante años un establecimiento en Estoril, por el que pasaba todo tipo de personajes de la vida política, social y cultural y vivió de modo especialmente ingrato las peripecias del 25 de abril de 1974, ya que su restaurante fue expropiado por sus propios trabajadores que decidieron hacerse con el negocio, creyéndose que se había instaurado el comunismo. Pese a ello, mantuvo abierto el restaurante exponiendo sus ahorros, y tardó mucho en que le fuera compensado por el Gobierno aquel expolio. De regreso a Vigo, volvió a empezar de cero y abrió “Las Bridas”, que pronto se convirtió en uno de los restaurantes de referencia internacional.
Los miembros de la Asociación de la Prensa de Vigo hicimos de aquel lugar una segunda sede y fue el marco donde celebramos sucesivamente los homenajes a todos los históricos supervivientes que protagonizaron y fueron testigos de una parte esencial de la historia de Vigo, Manolo Varela, Francisco Otero Guldrís, Pepe Vázquez, Eugenio González de Haz, Manolo Tourón, Angel Barreiro, Benedicto Conde, Angel Llanos y a todos los que, al celebrar el 90 aniversario de la Asociación de la Prensa en 1999 llevaban más de cuarenta años de vida profesional. Era el lugar donde entregábamos los premios o escogíamos como marco para entregar el carné a periodistas a quienes se les debía desde hacía tiempo por descuido o abandono.
Gran aficionado al fútbol, Lemos dedicó parte de su tiempo al Real Club Celta y se encargaba de dotar de las adecuadas provisiones a los autobuses de las expediciones de amigos que acompañaban al equipo a los desplazamientos importantes. Una temprana enfermedad le provocó un evidente deterioro que lo apartó del trabajo y de los amigos. Aquel hombre de gran actividad sobrevivió como pudo a su enfermedad y se fue discretamente. Cuando paso por delante de donde estaba su restaurante y donde tan felices fuimos, siendo de verdad, una pena y una nostalgia infinitas y recuerdo a José Carlos Lemos.
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