Los querubines del Paseo de Alfonso XII emigran
Algunos de los elementos centenarios están siendo desmontados dentro del proyecto de Barrio do Cura
Los centenarios querubines del Paseo de Alfonso XII, obra del escultor y cantero Camilo Fernández Correa, han comenzado a emigrar rumbo a lo desconocido tras su desmontaje por operarios de la UTE responsable de las obras de Barrio de Cura -DFR y San José- que durante los últimos días pusieron goma a la piedra para marcar y hacer más fácil el trabajo. El mirador data de 1875 y forma parte del BIC Casco Vello de Vigo desde 2006. Por tanto, tendría que ser una operación de ida y vuelta, como también la antigua iglesia del asilo, de estilo neogótico, que, en teoría al menos, será montada en uno de los nuevos edificios de la urbanización en marcha. En cuanto al Paseo, el proyecto de Barrio do Cura de Alfonso Penela contempla la reconstrucción de todo el espacio y la ampliación del mirador, que se extendería hacia adelante. No obstante, a día de hoy el primero de los bloques residenciales ha restringido las vistas hacia la Ría, lo que ha provocado notable malestar. Incluso han aparecido pintadas protestando.
Lo cierto es que el avance de las obras ha provocado controversia ante los cambios operados. En este sentido ayer la asociación Vigo Histórico propuso la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) para el Paseo de Alfonso XII, lo que de conseguirse supondría su máxima protección. La asociación solicitó a la Xunta la incoación de un expediente de declaración BIC para el conjunto urbano. La entidad destaca que debido a las obras del Barrio del Cura, el Paseo de Alfonso XII está siendo sometido a un desmonte parcial que deforma su configuración original. "Esos ataques no harán sino incrementarse de salir adelante la obra del túnel (Porta del Sol-Barrio del Cura)", señala la entidad en un comunicado. Por todo el anterior y para garantizar su protección y un mayor control por parte de las autoridades autonómicas, se proponen su declaración BIC en la categoría de Conjunto Histórico, al tratarse de un bien que forma parte de la memoria colectiva de la ciudad", explican.
Dos de las parejas de los querubines, así como gran parte de la barandilla de forja y las farolas de los años 1920, han iniciado el adiós a su histórico emplazamiento, como se puede observar estos días. Antes se movieron el lavadero y la fuente de A Barroca. En teoría, todos estos elementos tendrán que volver a colocarse una vez se complete la urbanización, con los edificios y la prolongación de Torrecedeira.
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