“Queremos que haya al menos un cerezo por cada vecino de Beade”

Beade es tierra de cerezos. O, al menos, solía serlo. A día de hoy quedan, según las estimaciones de la Asociación de Vecinos de esta parroquia viguesa, unos 2.000 ejemplares de este árbol cuyo fruto es el protagonista de la fiesta que cada mes de junio celebran los vecinos de la zona, una de las fiestas gastronómicas más antiguas de Vigo y su área que encara pronto su 40 aniversario. 

Así, con el objetivo de preservar la población de cerezos y, sobre todo, la variedad autóctona –la llamada ‘picuda’–, la asociación vecinal lanzó una campaña en colaboración con el Monte Veciñal en Mancomún de Beade a través de la que repartirá a todo aquel que esté interesado ejemplares de este árbol listos para plantar. Es ya la segunda vez que lo llevan a cabo y la idea es repetirlo año a año durante este mes de febrero, que es la época ideal para plantar árboles frutales como este. 

Desde la asociación vecinal de Beade son optimistas, ya que la primera edición de la campaña, que tuvo lugar en 2023 –en 2024 no pudo hacerse por dificultades logísticas– consiguieron que hasta 70 vecinos de la parroquia se llevaran uno de estos ejemplares. El vicepresidente de la asociación, Fabián Bastos, explica que la intención de la campaña es doble, ya que además de añadir ejemplares a la población de cerezos en la parroquia viguesa se trata también de reemplazar a los cerezos más viejos: “Son árboles muy frágiles que con el paso de los años pueden llegar a caerse y puede llegar a ser peligroso cosechar su fruto, porque sus ramas se debilitan mucho”.

Y aunque este año han comprometido hasta el momento más de medio centenar de árboles, el objetivo es llegar, por lo menos a los cien en la campaña de 2025, que ya lleva unas dos semanas activa. Bastos indica que, a largo plazo, la idea de la asociación es llegar a cerca de 6.000 cerezos plantados en toda la parroquia: “Queremos que haya al menos uno por cada vecino de la parroquia si es posible”. Todo ello con la intención de que, cuando llegue la primavera, Beade pueda vivir momentos tan especiales como los que los japoneses viven cada año entre febrero y abril con la floración del cerezo, período conocido como ‘hanami’ y que es una de las grandes atracciones turísticas del país del Sol Naciente.

Primeros frutos

Una de las peculiaridades de la campaña puesta en marcha por la asociación vecinal de Beade es que los ejemplares que entregan a los vecinos interesados en participar en este proyecto de repoblación de cerezos tienen ya un par de años de antigüedad, lo cual facilita que arraiguen si se plantan en un lugar adecuado. Además, si todo va bien deberían dar sus primeros frutos en primavera de 2027. Así lo apunta Fabián Bastos, quien cuenta que los vecinos que adquirieron sus cerezos en la campaña anterior de 2023 deberían ver ya muy pronto la floración de sus ejemplares y, si la meteorología acompaña, probar las primeras cerezas a finales de primavera. 

Con todo, Bastos añade que los últimos años la cosecha de este fruto no fue todo lo buena que cabría esperar. Se trata de una tendencia que el cambio climático ha acrecentado debido al incremento de fenómenos meteorológicos extremos en los meses en los que se forma el fruto del cerezo. “Estamos observando que en los últimos tiempos la flor tiende a aparecer antes, sobre finales de febrero, y si en marzo y abril llueve más de lo normal la flor se estropea”, apunta.

Los cuidados que requiere uno de estos árboles son relativamente sencillos, explica el vicepresidente de la asociación: “Podarlo a finales de junio con la hoja todavía en el árbol y abonarlo para que coja fuerza, además de dejarle espacio suficiente para que crezca y ponerle una guía los primeros años”.