Proliferan en Vigo los solares y garajes como parkings de pago mensual ante la falta de plazas

Aparcar el coche en Vigo es una tarea excesivamente complicada. Especialmente si se trata de zonas como la calle Coruña, cuyos edificios se construyeron cuando para levantar un bloque de pisos todavía no era obligatorio proyectar un garaje. Ante esta evidente falta de plazas de aparcamiento no faltan los particulares que ofrecen algunos solares vacíos para facilitar que vecinos y trabajadores de la zona puedan dejar sus coches. A diferencia de los ‘leiraparkings’ que abundan junto a los dos hospitales de Vigo, aquí se pide una tarifa mensual.

En la propia calle Coruña se encuentra uno de estos negocios. En este caso no se trata de un solar vacío, sino más bien de un pequeño parking subterráneo privado que está regentado por la familia del constructor de algunos de los edificios de la zona. “Cuando se construyeron los edificios, apenas se hicieron garajes porque en ese momento no era obligatorio”, explican a este periódico desde este negocio, “así que llevamos décadas ofreciendo este servicio de alquiler mensual de plazas de aparcamiento”. Sus principales clientes no son otros que los vecinos de esta zona en la que, además de no proliferar los garajes, apenas hay sitio para aparcar en la calle. “Por aquí han pasado familias enteras, primero les alquilamos la plaza a los padres y ahora a los hijos”, ironizan.

No muy lejos, en una calle también desprovista de lugares para aparcar, está otro de estos aparcamientos improvisados. Se trata de un solar al aire libre en Camiño da Seara que se adaptó para acoger vehículos a modo de parking y que también ofrece mensualmente plazas para vecinos y trabajadores de la zona. Desde este solar explican que es “vergonzoso” que no se haya utilizado el Plan Especial de Reforma Integral (PERI) de A Seara para ampliar la calle y planificar plazas de aparcamiento porque, vista la demanda que hay por parte de los vecinos –a cualquier hora del día se puede ver el solar prácticamente lleno de coches, casi todos de gente que vive en los alrededores–, es “más que necesario” que se actúe para hacer la zona un poco más amable para sus habitantes en ese sentido.

Estos son únicamente dos ejemplos de una práctica que va en aumento debido a la alta demanda de plazas de aparcamiento, en reducción constante en toda la ciudad debido, en parte, a las humanizaciones.