La Policía de Vigo “antitrata” detecta nuevos pisos de citas casi a diario

Prostitución

El equipo de la Ucrif, la peor pesadilla de las redes de explotación, centra su trabajo en las víctimas: “Vienen deshechas”

Publicado: 22 sep 2024 - 06:15 Actualizado: 22 sep 2024 - 09:21

La Ucrif en Vigo cuenta con un espacio privado para la atención personalizada a las víctimas.
La Ucrif en Vigo cuenta con un espacio privado para la atención personalizada a las víctimas.

En los últimos tres años, hasta media docena de focos de explotación sexual de mujeres en chalés y clubes en Vigo y su área han sido erradicados, en una ofensiva imparable por parte del equipo de la Ucrif (Unidad Contra Redes de Inmigración y Falsedades Documentales) de la Policía Nacional, uno de los vértices clave, junto con la Fiscalía de Extranjería y las ONG , en la lucha contra la trata de seres humanos.

Los responsables de esta unidad de investigación de la Comisaría viguesa son rotundos al atribuir a la “buena coordinación” existente el aumento de ‘golpes’ asestados a grupos de proxenetas y en la protección de sus víctimas. “No trabajamos como una unidad independiente, sino que tenemos ayuda de otros organismos y colectivos, también de Inspección de Trabajo”, explican.

A pesar de haber conseguido dejar en mínimos los clubes y chalés en toda la zona sur de la provincia donde tienen jurisdicción, la actividad de la prostitución, donde se mueven estas mafias, “no tiene descanso, siempre está activa” y debido a la presión ejercida en esos casos, ahora “la proliferación de pisos de citas es mayor y más habitual”, señalan. De hecho, “se van renovando y tenemos avisos de pisos nuevos casi a diario”. Ahí su labor es más compleja, “porque no los ves, como los clubes, pero al final se acaba llegando”.

El foco de sus investigaciones se centra siempre en la víctima. “Lo más importante es el tratamiento que le damos, cuanto menos la molestemos, menos veces tengan que venir a Comisaría y revivir su trauma, mucho mejor”. Desde esta unidad de investigación, perteneciente a la Brigada de Extranjería y Fronteras, señalan que “cuando llegan, las víctimas están deshechas, por eso necesitamos la colaboración de las ONG, porque las tranquilizan. Las preparamos para la declaración que es larga, tediosa y compleja y en una primera toma de contacto no se puede hacer”.

Actualmente, la Ucrif colabora con unas seis organizaciones y comienza a trabajar con la captación de información, que puede venir por una denuncia de Inspección de Trabajo, de vecinos, a través del correo de trata, o de las propias patrullas policiales y resto de unidades. “Empezamos la investigación de comprobación propia para que cuando llegue la víctima, a menos que sea algo inminente, ya tengamos toda la información recabada en la sombra: qué locales son, quiénes son sus responsables… ”

Uno de los principales obstáculos es el miedo. “Al principio tienen miedo a la Policía, creen que por estar en situación irregular vamos a deportarlas, por eso es muy importante explicarles bien nuestra labor, qué tienen que hacer y lo importante que es denunciar”, señalan. Por norma general, se les ofrece la condición de testigo protegido, “es lo más recomendable para ella, para evitar represalias y para aumentar la posibilidad de éxito del procedimiento”.

Ser testigo protegido supone evitar facilitar sus datos personales, de modo que el juzgado nunca contactará con ellas directamente, “y pueden, mientras dura el proceso que suele ser largo, trabajar en otras provincias y acudir al llamamiento judicial por videoconferencia”.

Las redes suman al sexo las “drogas y prácticas insalubres”

Los grupos que se encargan de captar mujeres para su explotación sexual “solo buscan beneficio por lo que siempre el sexo estuvo ligado a la incitación al consumo de drogas para su venta a los clientes”, explican los responsables de la Ucrif, un grupo de investigación que cuenta con unos siete de los 40 efectivos de la Brigada de Extranjería y Fronteras. Esta búsqueda de ingresos ha hecho que el perfil de la víctima no se encasille en mujeres jóvenes, “nos hemos encontrado con algunas de mediana edad que, desesperadas por su situación acceden a otras peticiones de los clientes. Nos hemos topado con prácticas sexuales insalubres, en una combinación de pornografía y drogas”.

En lo que sí coinciden estos investigadores es en tumbar el argumento de los investigados sobre denuncias falsas de las mujeres que ejercen prostitución para conseguir la residencia en España, “el relato siempre es muy duro y congruente, inventarse algo así es difícil, no nos lo hemos encontrado”.

Decenas de víctimas, bajo seguimiento hasta sentencia

A diferencia de otros grupos de investigación de la Policía, los de la Ucrif hacen seguimiento de las víctimas hasta que hay una sentencia en su proceso judicial, algo que “es lo más complejo y que puede prolongarse durante años”. El contacto con ellas es constante y permanente “y la labor es dura pero muy gratificante”. La mayoría de víctimas son mujeres procedentes de Latinoamérica, “algunas ya sabían que iban a ejercer la prostitución pero no en esas condiciones”. Los indicadores son comunes: “disponibilidad 24 horas para ejercer ya están sanas o enfermas, falta de cobro sobre la marcha e incitación al consumo de drogas”. “Todas ellas están en una situación desesperada, obligadas a dejar su país para poder mantener a sus familias”.

Además de la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, el grupo policial trabaja muy encima de las mafias de explotación laboral junto con Inspección de Trabajo. “Son, como en el caso anterior, personas en situación de vulnerabilidad, hombres y mujeres, que son utilizadas para ejercer empleos en situaciones precarias y en condiciones ínfimas”, relatan. La mayoría, en el ámbito del cuidado de personas mayores o de empleadas de hogar.

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