La planta de Sogama seguirá en Guixar de forma indefinida

La instalación para el contenedor de orgánicos, aún sin licencia por ruidos; Medio Ambiente espera que el marrón asuma la mitad de los residuos que hoy llegan al verde

La conselleira Ángeles Vázquez, con el presidente de Sogama, en el interior de la planta de Guixar.
La conselleira Ángeles Vázquez, con el presidente de Sogama, en el interior de la planta de Guixar.

La planta de Sogama no se moverá de Guixar y mantendrá su ubicación de forma indefinida y ya sin plazo de finalización tras la reforma integral realizada por la empresa pública gallega, que ha incorporado el tratamiento del contenedor marrón de orgánicos, aunque todavía pendiente de entrar en servicio. Sogama construyó su instalación en 1995 por un período de 25 años que ha sido prorrogado “sine die”, en tanto continúe prestando los servicios de transferencia de residuos a la central en Cerceda a través del tren. Así lo confirmó el presidente de Sogama, Javier Domínguez, quien acompañó a la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, en una visita donde destacó que la Xunta concedió en los últimos tres años más de 4,3 millones de euros al ayuntamiento vigués en ayudas para mejorar la gestión municipal de los residuos urbanos y los servicios a la ciudadanía en este campo.

La planta ha sido visiblemente modernizada tras una inversión de 3,5 millones que incluyó el cambio exterior y la instalación de una tolva específica para gestionar los residuos orgánicos del contenedor marrón. Pero que aún no funciona: los funcionarios municipales han puesto pegas por sus ruidos y no han dado licencia, pese a que Sogama ya ha realizado dos modificaciones. “Esperemos que solo sea un problema técnico y se resuelva pronto”, alertó Ángeles Vázquez. Este nuevo depósito, según los cálculos de Sogama y Medio Ambiente, podría asumir al menos el 50 por ciento de los residuos que hoy en día se vierten en el contenedor general verde. De ahí su importancia. “Mientras, Vigo llevará el contenido del depósito marrón a otro sitio y eso supone más costes”, añadió la conselleira. En todo caso, la responsable autonómica estaba ayer en Guixar para recordar que el Ayuntamiento de Vigo es uno de los municipios más beneficiados por las distintas líneas de aportaciones convocadas por el Ejecutivo gallego en materia de gestión de los desechos. La Xunta concedió cerca de 1,5 millones de euros en distintas ayudas al gobierno local con el fin de mejorar su gestión en la recogida de la materia orgánica y de los residuos domésticos peligrosos y voluminosos. Estos apoyos fueron para la adquisición de tres camiones de recogida separada de biorresiduos, composteros individuales y comunitarios, calderos y bolsas o el desarrollo de distintas actuaciones de formación y difusión. Mientras, entre 2023 y 2024 el Ayuntamiento de Vigo recibió más de 2,3 millones de euros en distintas líneas de ayudas. Entre otras medidas, tuvieron como destino la instalación en la vía pública de más de 1.400 contenedores para materia orgánica con cerradura electrónica o el reparto de 17.000 calderos, 700 sacas y 51.000 bolsas para uso doméstico.

"Ya estamos tranquilos en Eiras"

La conselleira, acompañada por la delegada de la Xunta , Ana Ortiz, por la directora de Calidad Ambiental, María José Echevarría, y el presidente de Sogama, Javier Domínguez, además de Luisa Sánchez, vicepresidenta de la Diputación, subrayó que Vigo es un ejemplo más de la colaboración constante de la Xunta con todos los ayuntamientos para que puedan cumplir con sus deberes en materia de gestión de los residuos urbanos así como aliviar costes para sus arcas en lo posible. En el campo del compostaje, las aportaciones de la Xunta estaban destinadas al reparto de 3.000 composteros domésticos.

En el acto, a preguntas de los medios, volvió Ángeles Vázquez sobre la situación de Eiras, donde la Xunta invierte más de 2,3 millones para cambiar cuatro válvulas que comprometían el funcionamiento de la presa. “Es una tranquilidad, vamos a pasar la Navidad con agua. Había temor cuando la sequía a que no hubiera, pero por irresponsabilidades, que se demostrarán, podríamos estar ahora sin agua en Vigo y su área”, aseguró. Señaló que el estado de dos de las válvulas era pésimo, porque “quién tenía que dar la voz de alerta, no la dio, quien se arrogó las competencias y Augas de Galicia dijo sí, pero ahora se trata de que se acometa la obra, con plena seguridad”. Según sus cálculos, estará entre cuatro o seis meses, “pero ya nos da seguridad de cara al futuro. Esto no se puede repetir”.

De cara al futuro, con respecto al embalse, indicó que “si hacemos bien nuestro trabajo”, se podría ahorrar el 40 al 60 por ciento de agua que se está perdiendo. “Esa es la línea a trabajar. Tras terminar Eiras toca la siguiente fase: todos los concellos están obligados a hacer una auditoría sobre el agua y a publicar en una página las pérdidas que puede haber, en muchas canalizaciones son brutales”, zanjó.

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