Pilar Cernuda: “No puedo decir nada bueno de Sánchez, ni en lo personal ni en lo político, es una desgracia para España"
Entrevista
Siempre resulta raro entrevistar a un periodista, pero la propia Cernuda reconoce que “todavía lo es más que te hagan a ti una entrevista”
La periodista gallega Pilar Cernuda, colaborada habitual de Atlántico, es viguesa aunque nació “por accidente” en Santiago. Se crio en una casa cerca del pazo La Pastora, “un pueblo dentro de la ciudad”. Luego se fue a Madrid, donde se convirtió en una de las mejores periodistas de España, oficio en el que sigue después de medio siglo, siendo testigo directo de muchos de los sucesos que han conformado la historia reciente del país, incluyendo el golpe del 23-F de 1981, donde se anotó la primicia de que el general Armada estaba involucrado. Ayer comenzaba su trabajo a las seis de la mañana y tenía cuerda durante todo el día, de Madrid a Sevilla, y ahora a Vigo, donde este jueves 19 presentará “Lo que yo recuerdo”. Siempre resulta raro entrevistar a un periodista, pero la propia Cernuda reconoce que “todavía lo es más que te hagan a ti una entrevista”. En su libro hace un recorrido por sus más de cincuenta años de profesión y sus experiencias, siendo testigo directo de momentos que forman parte de la historia. Desvela confidencias que ha guardado durante este tiempo y que explican algunas decisiones de Estado e iniciativas políticas nunca aclaradas.
Lleva 50 años de profesión, conociendo a personajes como Serrat, Massiel, Chaplin, Melina Mercuri, y presidentes y reyes. ¿Quién fue el más interesante?
He tenido la suerte de conocer gente de todo el mundo. Al principio hice de todo y me encontré personajes irrepetibles, Oriana Fallaci fue la mayor periodista, pero me decepcionó en persona, muy soberbia, aunque cuando leí la biografía suya me congracié con ella. De aquel tiempo en mi vida personal tuvo un papel clave Yves Montand, e incluso Miguel Ríos. Tuve una relación con ellos que marcó mi vida personal. Viví muchos años en el entorno de la música y conocí a todos los grandes. Y también en política. Los presidentes, los ministros, los periodistas de la época de la Transición participábamos en todo, era una comunicación fluidísima con los gobernantes e incluso con el Rey Juan Carlos. Era otra forma de gestionar el periodismo, y, como decía Leguineche, estar donde se producen los acontecimientos y los testigos. Mi vida ha sido apasionante. Me han producido una gran satisfacción los recuerdos, no he consultado casi nada, lo escribí de memoria.
Dice que en su libro señala confidencias y curiosidades que ahora se pueden contar, ¿cómo cuáles?
La agencia nuestra -donde trabajaba en 1981- fue la que dio la primicia de que Alfonso Armada estaba en el golpe (el 23-F), y cuento cómo lo supe, como viví el golpe de estado, mucho de la lucha contra ETA, donde pude conocer estrechamente a la Guardia Civil y la Policía Nacional e incluso la Ertzaintza. Estaba en su cuartel general cuando se produjo el atentado contra Múgica. Entonces sabíamos información muy sensible sobre operaciones en marcha en una época en que ETA nos marcó mucho. El CNI y el Gobierno nos daban información para que supiéramos su relevancia con la promesa de no decir nada mientras estuvieran en marcha. Pude ver cómo se hicieron las cosas, la liberación de Ortega Lara, estuve en el zulo. Terrible brutalidad. Estuve amenazada, como todos, unos pedían escolta y otros no. Aquello nos marcó y ahora nos duele la falta de sensibilidad y que el Gobierno pacte con un partido vinculado a ETA.
¿El pasado era mejor para la profesión?
En algunas cosas sí. Creo que las redes sociales están mal aprovechadas, es un gran invento mal aprovechado. Nos ha facilitado mejor la transmisión inmediata de la información. Pero salvo eso fue infinitamente mejor. Había personas de una categoría personal y patriotismo, no patrioterismo, nada que ver con ahora. Me cuesta trabajo encontrar hoy media docena de políticos de nivel.
Me gustaría que diera algo así como un titular sobre los sietes presidentes de España, que usted conoció. Empezamos por Adolfo Suárez.
Valiente porque cogió España de una dictadura y asumió el proyecto del Rey de convertirlo en democracia.
Calvo Sotelo.
El gran desconocido. Siento admiración por él, solo estuvo un año y medio porque UCD le traicionó hasta en el consejo de ministros. Nos metió en la OTAN en contra de todos, y fue heroico y una buena decisión.
Felipe González.
El socialista que más admiro. A Rubalcaba también. Felipe González fue un patriota con gran sentido de Estado que hizo heroicidades, como entrar en la UE. Abrió España al exterior.
Aznar.
Se equivocó con la guerra y con la gestión del atentado del 11M, obcecado por el miedo a que no era ETA, pero tuvo un papel importante en Europa. Y es cierto que no participamos en la guerra.
Zapatero.
El principio de una situación patética que vive España, el que puso las piedras fue ZP. Intelectualmente, muy flojo, se dejó llevar por apetencias personales, cometió errores monumentales y vemos las consecuencias.
Rajoy.
Ha hecho más cosas importantes de las que la gente piensa, y es el hombre de trato más cercano. Tuvo esa mayoría absoluta que no aprovechó pero al menos sí para poner orden en la economía, que era catastrófica. Era mundial, pero con Zapatero, agravada. Y tuvo las agallas para decir que no hubiera rescate.
Sánchez.
No puedo decir nada bueno suyo ni en lo personal ni en lo político, es una desgracia para España. Eso sí, me sorprende su capacidad de seducción, están abducidas gentes que trabajan con él, gente intachable que ahora acepta desde la amnistía hasta los pactos con partidos que no representan a la sociedad española, Él mismo sin pudor nos arrastra a una situación en la España actual que no me gusta nada.
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