La picuda de Beade, ‘delicatessen’ frente a la cereza del Jerte

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La Festa da Cereixa vendió 5.000 kilos, reservándose la local para los concursos de presentación, repostería, calidad y derivados

a.baena. vigo abaena@atlantico.net

Publicado: 04 jun 2018 - 02:00 Actualizado: 05 jun 2018 - 02:45

Suso Garrido y José Antonio Costas vendieron los 5.000 kilos de cereza durante la fiesta.
Suso Garrido y José Antonio Costas vendieron los 5.000 kilos de cereza durante la fiesta.

n n n Beade se vistió ayer de gala para despedir la Festa da Cereixa, que celebró su edición número treinta y tres. La organización puso a la venta 5.000 kilos de fruto, a 7 y 8 euros el caja, procedente en su totalidad del Valle del Jerte. “La cereza de Beade se encuentra en los árboles, ahora los cultivadores ya son mayores y a la juventud no le interesa”, apunta José Antonio Costas, que junto a Suso Garrido, atendió ayer el puesto de venta en la carpa por donde pasó la mayoría de los visitantes.

La famosa picuda de Beade sí estuvo presente en la fiesta, ya que los participantes en los concursos utilizaron la variedad local para competir en derivados, repostería calidad y presentación. Con 24 aspirantes, resultaron ganadores Carmen García, María José Rodríguez, el colectivo MVCM Beade y Maribel Novoa Fernández. Los galardones se entregaron al mediodía en el auditorio vecinal, junto a las insignias a los socios más antiguos (José María Alonso Abalde, Rafael Iglesias Amoedo y José Antonio Abalde Pérez), junto a las insignias de Oro, que en esta ocasión recayeron en el concejal de Deportes, Manel Fernández y el aserradero de Beade, Graciano Rodríguez, S.L.

El acto, amenizado por el grupo de folklore Os da Porfia, contó con la asistencia de la presidenta de la Diputación, Carmela Silva y el alcalde Abel Caballero. La edil y actriz Uxía Blanco ejerció como pregonera. Inició su intervención con recuerdos de la infancia, “con pendientes en las orejas”. A los vecinos que llenaron el aforo los invitó a hacer “un viaje en el tiempo”, hasta 1986, año en el que se celebró por primera vez la Festa da Cereixa. Recordó a Manuela y a su abuelo Celso “que aseguraban que los cerezos de Beade eran altos por la humedad y que no se podían podar”. La pregonera contó como gracias a su esfuerzo y al de la asociación de vecinos salió adelante la exaltación de la picuda de Beade, “muy suave, pequeña, dulce y en forma de corazón, una metáfora de Beade”, apuntó.

Según José, octogenario, nacido en la parroquia, el secreto del buen sabor de la cereza de Beade se debe “a la orientación, la una distancia mínima de 5 kilómetros del mar y a la calidad de la tierra”. Un año más Beade homenajeó a su picuda, un bien cada vez más escaso y valorado, con tres días de degustación, música, juegos y arte.n

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