Los perros también van a la escuela

Educación canina y convivencia

Los problemas de estrés, reactividad y agresividad dispara el número de profesionales dedicados a educar a los tutores junto a sus mascotas con métodos amables y sin castigos físicos o psicológicos

Ana Iglesias en una clase de educación canina con uno de sus “pupilos” de cuatro patas acompañado por su tutora
Ana Iglesias en una clase de educación canina con uno de sus “pupilos” de cuatro patas acompañado por su tutora | Juancho Everman

El perro se ha convertido en un miembro más de la familia y “muchos se encuentran con situaciones que llegan a transformar la convivencia en molesta y generadora de problemas con el vecino o en la calle. Es en ese momento que actúan y buscan ayuda”, explica Diego Álvarez, que con más de 13 años de experiencia como educador canino, es uno de los más veteranos del sector. Lo más común es encontrar ansiedad por miedo, por separación y reactividad en la relación con otros perros o personas o incluso situaciones determinadas.

Lo importante es “actuar lo antes posible, cuanto más tiempo pase sin actuar, será más difícil”, asegura este profesional, que se ha encontrado con casos como el de “Karma”, que apenas tuvo contacto con humanos durante el periodo de socialización y que tras ser tratada por Diego “ha mejorado mucho, aunque nunca será una perra para estar en el centro de una gran ciudad”.

Los métodos son tantos como perros y situaciones. En el caso de la viguesa Andrea Muñiz, de Dilo Ladrando, “trabajo combinando la educación canina y el desarrollo emocional del tutor. Mientras aprendes a entender y a ayudar a tu perro, trabajas tu inconsciente”. Muy activa en redes sociales, Dilo Ladrando ha apostado por la intervención on-line, algo en lo que coincide Diego, que asegura que “es perfectamente factible intervenir y lograr buenos resultados sin que sea presencial”.

“Tu perro muchas veces refleja lo que te está pasando a ti interiormente. Huele las hormonas y ve las micro-expresiones faciales y eso se refleja después en su comportamiento”, explica Andrea, que también aplica la educación canina amable, una modalidad que se está imponiendo sobre los collares de estrangulamiento o los castigos físicos y psicológicos.

Para poder superar las diferentes reactividades que se presentan en un perro “es imprescindible trabajar con el tutor y que sea él quien aprenda las pautas que deben aplicarse en cada caso”, asegura Diego, que tiene tanto clases grupales como individuales.

Ana Iglesias, de Vigotudos, llegó al adiestramiento canino “por necesidad. Había puesto en marcha la protectora Tú eres nuestra ayuda y me encontraba con la urgencia de resolver los problemas de compartimiento de los perros que nos llegaron para encontrarles familia”. Aquellos inicios y el hecho de que la protectora acoja a perros potencialmente peligrosos hizo que se especializase en estas razas y en casos “extremos”. Desde ejemplares que ya no podían salir a la calle porque se abalanzaban sobre todo lo que se movía hasta el caso de uno que se comía las piedras.

Para ella “es imprescindible que cuando decides tener un perro te informes y tengas un mínimo de conocimientos de lo que significa tener a tu cargo un ser vivo. Es algo imprescindible que te ahorraría muchos disgustos”.

En el caso de Lucía López llegó al mundo del adiestramiento canino “por un perro que adopté y que tenía muchos problemas”, recuerda. Antes trabajó en la investigación de cetáceos, ya que su formación es en Ciencias Ambientales con la especialidad de Conservación. Ahora se dedica de lleno al adiestramiento canino “desde el respeto al animal. Se pueden alcanzar los objetivos sin ejercer violencia”.

Muchos de sus clientes ya han pasado por varios educadores caninos y “llegan a mí como último recurso. Encuentro muchos problemas de reactividad por frustración”, explica Lucía. Los casos más graves que ha encontrado son agresiones tanto a otros perros, personas e incluso miembros de la propia familia, de los que trata dos casos. Para ella “es necesario que el perro tenga límites, es necesario que te respete y eso no significa que no lo quieras ni que tengas que ejercer violencia”.

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