El peligro del intrusismo entre los educadores caninos

El intrusismo es uno de los grabes problemas que se encuentran los educadores caninos. “Cualquiera que tenga un poco de mano con los perros se anuncian como especialistas sin serlo, algo que ahora, con la situación que vivimos, es mucho más frecuente”, explica Juan Freire desde su escuela adonde acuden canes con problemas de comportamiento desde toda Galicia. Esta situación ha provocado “que nos hayan llegado casos de personas que después de pasar por dos o tres de estos supuestos adiestradores ya no sepan qué hacer con su perro”.

Juan Freire es muy claro al definir que “educar a un perro no es enseñarle a que se siente o dé la patita. Es en primer lugar conocer su personalidad, saber si estamos ante un animal agresivo o inseguro y ayudarle a que mejore su comportamiento”.

En la actualidad en su centro de educación canina hay doce pupilos de diferentes razas y tamaños que se recuperan de un periodo en el que “por las circunstancias que vivimos todos hicieron menos ejercicio, salían menos a la calle y, sobre todo, apenas tenían contacto con otras personas y otros perros”, lo que les afectó en su comportamiento.

Formación de adiestradores

Además de la escuela canina, también forman a los adiestradores, estando ya en marcha la segunda promoción de Adiestradores de Perros “que es la única que cuenta en Galicia con el certificado del Servicio de Empleo”, explica Juan Freire. El curso consta de 340 horas teóricas y otras 300 prácticas “en las que los alumnos aprenden todas las técnicas, ya que cada perro es un caso y hay que saber primero a diagnosticar qué le pasa y qué método es el más adecuado”. En la actualidad, de la docena de animales que están siendo tratados, ocho pasaron “por varias personas que decían que sabían y que no solucionaron nada en el mejor de los casos, ya que otros aún fue peor”.