Tras los pasos del Vigo medieval
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La ciudad acogió ayer uno de los Roteiros Literarios que organiza la Deputación por la provincia, centrados en la arquitectura y la historia. Anselmo López Carreira hizo un esbozo de cómo pudo haber sido aquel Vigo
nnn ¿Qué podemos descubrir y ver del Vigo medieval hoy, en el presente? Pues prácticamente nada. A penas han llegado a nuestros días vestigios de cómo pudo haber sido lo que entendemos como el núcleo urbano de la ciudad. Eso sí, se puede intuir por sus calles, cuya configuración en el Casco Vello se mantiene prácticamente igual, o por la toponimia, aunque esta hay sufrido una total transformación a partir del siglo XIX. Quedan nombre como los 'cesteiros' o 'sombrereiros', que nos hablan de antiguos gremios, o el palacete de la Casa Torre de Ceta y Arines, del siglo XV, que actualmente alberga al Instituto Camões junto con la Casa Torre de Pazos Figueroa.
Estas fueron algunas de las ideas que quiso transmitir el historiador vigués Anselmo López Carreira, autor de una amplia obra ensayística centrada en la historia medieval de Galicia. Este investigador fue el encargado de guiar el último Roteiro Literario, una propuesta de la Deputación, a iniciativa de la Asociación de Escritoras e Escritores en Lingua Galega (AELG), para dar a conocer las ciudades y villas de la provincia desde el punto de vista de la arquitectura o la historia y que por primera vez se realizaba en Vigo. La convocatoria fue todo un éxito, ya que las plazas, limitadas a 24 por culpa de la Covid, se completaron en su totalidad. “Estamos gratamente sorprendidos por el éxito de estas rutas. La gente está demostrando que quiere salir y consumir cultura”, señaló a este diario Carmela Silva, presidenta de la Diputación y quien también participó en esta visita guiada como una oyente más.
El itinerario se inició en los restos del antiguo castillo de San Sebastián, detrás del Ayuntamiento, un espacio recientemente recuperado y desde donde se obtienen unas sorprendentes vistas del puerto y del Vigo Vello. No era casual, ya que antes de esta fortaleza existió otra, como explicó López Carreira: una ciudadela almenada conocida como Castelo do Penso, arrasada por Pedro Madruga en el siglo XV. A sus pies se extendían sus dos antiguas parroquias, de aquella eminentemente agrícolas: el Areal —germen de Santiago de Vigo—, donde recientemente se encontraron los restos de una iglesia sueva, y Santa María, donde se levanta la colegiata y cuyo puerto, O Berbés, dependía del Mosteiro de Melón.
La 'villa de Vico'
En cuanto a los vestigios medievales, desde el final del Imperio Romano y el reino Suevo y hasta el siglo XVI, se extiende un largo vacío que solo “podemos imaxinar”, según López Carreira, por unos pocos documentos y mapas que han llegado hasta nuestros días. Se sabe que en el siglo XIII Vigo pasa de ser 'el lugar de' o la 'heredad de' a ser la 'villa de Vico'. Es decir, negando a Manuel Murguía, que en 1888 señalaba que “Vigo é un pequeno burgo de xente sen historia”, aquel núcleo que dio origen a lo que hoy es la ciudad tiene también un rico e importante pasado medieval.
La falta de huellas sobre aquella época, que va desde los siglos V al XV, no extrañan. La crisis que asoló a Europa en el siglo XIV se vio aquí agravada por la peste. Queda el consuelo de que la recuperación en el siglo XVI permitió alcanzar el mismo nivel de población y riqueza que había en el siglo XIII, permitiéndonos vislumbrar aquella villa medieval. n
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